domingo, 13 de julio de 2008

DOCUMENTO FUNDACIONAL. AGRUPACION ATE ES DE TODOS





. Vacíos de Política

En los últimos años, ATE Capital avanzó en políticas que condujeron al
vaciamiento político y al cierre de canales de participación de
delegados y militantes, perdiendo lugares de credibilidad y prestigio
social conquistados por años de lucha.

Así es que nuestra sede de Carlos Calvo está vacía (al decir de
algunos compañeros, "hay eco"). ATE Capital, se transformó en una
suerte de otorgador de franquicias, un Mc Donalds gremial: lle-gan
compañeros y se les propone armar el sector; se les dan los carteles,
la bandera, los volantes y allí van, abandonados a su suerte; son,
desde ese momento, concesionarios del sindicato, a ve-ces agredidos,
desconocidos, desprotegidos, y con permanentes amenazas de despido.
Así, los compañeros referentes de los sectores son quienes terminan
pagando el alto costo de la improvi-sació n de una conducción autista.

Después de mucho tiempo, vuelven los plenarios a ATE Capital, pero no
ajenos a estas prácticas: convocatorias sin la antelación suficiente
y con temario cerrado. De esta manera, nos encontra-mos con la
política de hechos consumados al estar definidas de antemano fechas,
horas y lugares de medidas de fuerza, bloqueando el debate en
nuestros sectores de trabajo, juntas internas, de-legados de base y en
los mismos plenarios.

Así se fuerza la voluntad de los trabajadores, que sólo produce el
desgaste entre nuestros compa-ñeros y genera marchas flacas con la
principal consecuencia del fracaso de cada uno de nuestros reclamos.

De esta forma, las conquistas se logran, en su mayoría, desde la lucha
particular en cada lugar de trabajo específico (SENASA, Teatro
Cervantes, Congreso de la Nación, Legislatura, Ente de Servi-cios
Públicos de la Ciudad, CNEA, NASA, Auditoría, entre muchos otros). La
falta de debate para la definición de una política general atomiza a
nuestro sindicato y margina a los sectores que depen-den únicamente de
las administraciones centrales, convirtiendo a ATE en lo que los
responsables de esta situación criticaban hace años, en una Federación
de Juntas Internas.

En este sentido, deberíamos imponer la conciencia de que no hay
distintos Estados ni distintas categorías de Trabajadores del Estado
(nacionales, provinciales o municipales) . Por eso, la organi-zación
de ATE debe conformarse en torno al concepto de un solo Estado
haciendo caso omiso a las lógicas de fragmentación.

.Consecuencias de un pensamiento único

El abuso de acciones directas (paros, movilizaciones, cese de tareas,
etc) ha quitado el valor real que han adquirido a lo largo de la lucha
histórica del movimiento obrero, banalizándolas y desper-tando cada
vez menos adhesión con el consiguiente desaliento de los compañeros,
quienes para la conducción terminan siendo responsables de una
supuesta falta de militancia.

Esta reducción de sentido, entonces, ubica a toda medida de fuerza en
un fin en sí mismo y no en una herramienta para logros concretos. Tal
vez, para legitimar el lugar de quienes las idean: siem-pre las
mismas caras en los palcos al viejo estilo de las burocracias
sindicales; la misma foto estáti-ca de un proceso que era dinámico,
multiplicador y con muchos escenarios y actores sociales invo-lucrados.

Encontramos así que compañeros que venimos cuestionando estas
prácticas burocráticas COMO PARTE DE LA LISTA VERDE hemos sido
discriminados de múltiples maneras:

• siendo desplazados como paritarios de nuestros sectores, como el
caso del compañero Po-llo Rouillet, delegado general de ATE ANSES, y
ganador en las elecciones de ATE en su sector, por ser crítico de los
turbios manejos de los fondos de la CONATEP (Cooperativa de los
trabajadores de ANSES);

• alentando internismos en los sectores que no son "controlados" por
distintos dirigentes del Consejo Directivo de Capital Federal, como en
el caso del Ministerio del Interior, Congreso, la Legislatura, la
Biblioteca Nacional, el INDEC, el Ministerio de Justicia, la CNEA, la
NASA, sectores municipales, etc, manipulando el tiempo de los
procesos eleccionarios, entre otras acciones de sus "comisarios
políticos".

• marginando sectores y compañeros en ámbitos de formación y
capacitación, equipos de trabajo temático, viajes de representació n al
interior y al exterior del país, etc.

• como lista Verde y Negra en las últimas elecciones de Capital del 30
de mayo fuimos vícti-mas de múltiples acciones fraudulentas (padrones
inflados con afiliados no cotizantes, Junta Electoral votada fuera de
tiempo y forma en la Asamblea Anual Ordinaria y votos truchos en urnas
no fiscalizadas por la oposición, manipulando, además las cifras
finales de la elec-ción) al mejor estilo de las prácticas burocráticas
de la CGT.

Y todo esto como consecuencia directa de una metodología stalinista
regida por un "pensamiento único" definido en ámbitos cerrados y
ajenos al plenario de delegados.

Llegamos de esta manera a que debates con respecto a temas
fundamentales de toda organiza-ción sindical o política, se hayan
convertido en tabúes.

Es el caso de la política en la utilización de los recursos económicos
de nuestro sindicato ya que, desde el 29 de diciembre del 2005 por el
Convenio Colectivo de Trabajo (CCT) Sectorial de la Ad-ministració n
Pública Nacional el Estado empleador asigna mensualmente a ATE un
aporte solidario (cap. 5, art 114) del CERO COMA SEIS POR CIENTO
(0,6%) del total de la remuneración bruta mensual, normal, habitual y
permanente de los estatales. Según este acuerdo, "los fondos serán
destinados por la organización gremial para contribuir a gastos de:
• educación inicial,
• educación general básica y polimodal,
• educación terciaria y universitaria,
• vivienda,
• salud
• turismo"
… todos incumplimientos de inversión en servicios para los afiliados.

A esto le sumamos los ingresos por cuota sindical del 2,2% y los
subsidios percibidos por ONGs, fundaciones, partidos políticos y otras
organizaciones nacionales y del exterior, dejando como único espacio
de debate un día en el año, cuando se vota con mano de yeso en
asamblea general ordi-naria de afiliados, una rendición de cuentas
donde se informa lo ya consumado durante el período anterior. Así, lo
que nos pertenece a todos es usurpado como una suerte de botín de
guerra, pro-moviendo, de este modo, un sindicato rico con juntas
internas pobres..

.Debates necesarios para saldar contradicciones

Los discursos callejeros y mediáticos no sólo demuestran la permanente
contradicción entre lo que se dice y lo que se hace (mientras se
apoyan algunas políticas nacionales por un lado, por el otro,se arman
trincheras callejeras para repudiarlas, por ejemplo) sino que se
vienen repitiendo como si la realidad no cambiara y, en lugar de
sumar, una parte de la CTA se limita a ser la mera representació n de
un sello más de la centroizquierda vernácula (progresismo gorila); uno
de los factores que genera la falta de rumbo que lleva a los
compañeros a preguntarnos ¿quién nos con-duce y hacia dónde? ¿quién y
cómo habla en nuestro nombre?

¿Acaso un "nuevo" Movimiento Político Social y Cultural de Liberación
Nacional que desconoce con soberbia la historia de lucha que nuestro
Pueblo viene protagonizando heroicamente, con avances y retrocesos,
desde nuestro nacimiento como Nación? ¿Por qué no asumir la
incorpora-ció n, desde nuestra identidad y autonomía, de la CTA al
Movimiento Nacional?

Por eso rechazamos la utilización de nuestra organización (desde su
nombre hasta su financia-miento) en la aventura electoral de un
partido político con Claudio Lozano a la cabeza ya que, a decir de
Víctor de Gennaro, "no vamos por el partido, sino por el entero".

Porque, ¿puede la decisión de un Congreso Nacional de la CTA de miles
de militantes (Mar del Plata, 2002) de convocar a un gran Movimiento
Político y Social terminar en la conformación de un partido político
con el 2, 72% de los votos en un distrito como la Capital Federal?
¿Quiénes y cómo decidieron que la CTA se "encogiera" de esta forma?
Fracasada esta estrategia, entonces, es hora de poner en debate:

¿Acaso no cambió la Argentina a partir de la rebelión popular del 19 y
20 de diciembre del 2001, jornadas históricas de lucha del Pueblo
Argentino que marcaron el fin de las políticas neoliberales?

¿Por qué no revisar el rol que jugó nuestra Central en ese momento,
luego del consenso social y político alcanzado por el FRENAPO (Frente
Nacional contra la Pobreza)? ¿No será que allí perdi-mos la
oportunidad histórica de liderar un verdadero Movimiento Político y
Social en lugar de re-cluirnos temerosos, en un momento de crisis de
representació n política?

Es incuestionable que, a partir de mayo de 2003, en la Argentina se
produjo un cambio político y social que determinó el resurgimiento de
la activas políticas nacionales y públicas, expresadas en:

• La drástica reducción de los índices de desempleo (del 23% en el
2002 al 8,5% en 2007)
• El ingreso de ATE al CCT en el Ámbito Público, clausurando pautas
flexibilizadotas.
• Aumento de la participación de los asalariados en el ingreso
nacional, que hoy alcanza el 42%.
• La permanente actualización en las jubilaciones y el salario mínimo.
• Ruptura con las políticas de control del FMI (en lo que la Argentina
fue precursora de actitu-des similares de otros países del Tercer Mundo)
• La estratégica renegociación de la Deuda Externa, lo que permitió
una inédita e histórica quita de miles de millones de dólares que
quedan en la Argentina.
• La reforma previsional que recupera el sistema solidario de reparto.
• La reactivación de la industria nacional a través de las PYMES y la
consecuente recupera-ción de la formación de la educación tecnológica.
• La planificación desde el Estado del sistema ferroviario antes
abandonado.
• La creación de ENARSA para una política de Estado en energía
• La reestatizació n de empresas de servicios rentables como el Correo
Argentino y sociales como AySA (Agua y Saneamiento) .
• La reactivación de un ambicioso plan nuclear que contempla la
finalización de la Central de Atucha II, el estudio de factibilidad de
dos centrales más, el desarrollo del enriquecimiento de uranio, etc.
aportando a la superación de las crisis energéticas
• La recuperación de la industria de astilleros navales con la
inversión pública de los Astilleros Rio Santiago con el apoyo de la
República Bolivariana de Venezuela.
• La política de derechos humanos que termina con la impunidad de los
genocidas que ma-sacraron a nuestro pueblo y entregaron la Nación.
• El fin de la mayoría automática menemista en la Corte Suprema de
Justicia, incorporándose jueces con prestigio moral y académico
inobjetable

De igual forma, se produce un doble discurso en el contexto
Latinoamericano, ya que mientras se apoya y promueve los diferentes
procesos antiimperialistas cómo en la República Bolivariana de
Venezuela encabezada por el Comandante Chávez; el Brasil de Lula con
todas las dificulta-des que entrañan estos procesos, la recuperación
de las mayorías con Evo Morales en Bolivia y los alentadores cambios
en Ecuador y Nicaragua, más la reivindicació n de Cuba como ejemplo de
dignidad, se desconoce la actuación de nuestra Argentina como activo
enlace de integración promoviendo el MERCOSUR ampliado más allá de los
miembros fundadores y el categórico e histórico NO al ALCA (Mar del
Plata, 2005).

.Nuevas Acciones para Nuevas Coyunturas

Este cambio de rumbo llevó a la integración de muchos de nuestros
compañeros en la gestión de estas políticas, por las que luchamos
desde el nacimiento de nuestra Central, "metiendo las patas en el
barro". Es el caso de los compañeros Carlos Custer como Embajador ante
el Vati-cano, Jorge Rivolta y Teo Peralta en Planificación Federal,
Ariel Basteiro como representante del Estado en el directorio de
Aerolíneas Argentinas (poseedor de la "acción de oro") , Rubén
Quintana como director de la empresa estatal Nucleoeléctrica Argentina
(NASA) , Marcelo Es-tévez a cargo de las relaciones con América Latina
y el Caribe de la CNEA, Sergio Fernández Novoa como Coordinador del
COMFER, Nestor Piccone como Coordinador de contenidos del sistema
nacional de medios públicos, Martín Rodríguez como Director Nacional
de Interior de Parque Nacionales, Juan Pablo O Dezaille como Director
Nacional de Plítica Territorial en el Ministerio de Trabajo, Carlos
Girotti como Coordinador del Programa de Calidad de Vida y De-sarrollo
Económico Social de la SeCyT; Oscar Torres en Presidencia de la
Nación, Lucía Gó-mez Directora Nacional (RENAR) de desarme, entre
otros; así como desde el Congreso Nacio-nal el compañero Edgardo
Depetri impulsando las políticas de Obras Públicas desde la
presi-dencia de la Comisión, y en la Legislatura de la Ciudad Rubén
Devoto .Todos ellos asumieron el compromiso desde los hechos con los
ideales que siempre sostuvimos.

Es hora de un certero diagnóstico para definir políticas sindicales
acordes a la realidad nacio-nal; así como alguna vez la izquierda
vernácula confundió trágicamente a Perón con Mussoli-ni… ¡hoy no
podemos igualar a Kirchner con Menem! …¿O "cuanto peor, mejor"?

Tener una visión errada acerca de quién es el enemigo y quiénes los
aliados, lleva a ser funcio-nales a las estrategias de los grupos de
poder económico (fondos buitres poseedores de bonos de deuda externa
en poder de quienes se negaron a la quita, la oligarquía terrateniente
de la Sociedad Rural, la Asociación de Bancos nacionales y
extranjeros, industriales e intermediarios formadores de precios,
monopolios mediáticos, multinacionales de servicios, petroleras)
expre-sados en una nueva derecha que se actualiza y va seduciendo
culturalmente a amplios secto-res de las capas medias y operando
clientelísticamente con los más pobres.

¿No será que nuestras acciones gremiales deberán reformularse a partir
de nuevas metodolo-gías, explorando vías de resolución de conflictos
distintas a las que ya fracasaron, buscando nuevos consensos sociales,
asumiendo que la multiplicidad de miradas y opiniones enriquece
nuestras luchas, lejos de los personalismos?

¿No será ésta la hora de dejar de tapar este debate de fondo con
"originales" convocatorias como la Constituyente Social (¿?) para el
2008?

Sin embargo, hoy, la nueva conducción de la CTA nacional abre
expectativas de construcción social, más abiertas y plurales, para
llevar a cabo este debate y estas acciones que reclama-mos; no es
casual que el compañero Hugo Yasky, haya sido uno de los artífices
desde la CTERA en la elaboración de la nueva Ley de Educación que
establece el compromiso de un 6% del PBI destinado al presupuesto
educativo.

Una buena señal desde ATE/CTA sería participar en la reconstrucció n
del Movimiento Nacional y Popular, para concretar los grandes
objetivos que aún le falta conquistar al Pueblo Argentino: la justa
distribución de la riqueza, la discusión de la renta petrolera y la
propiedad de sus yaci-mientos, el efectivo control y mejoramiento de
los servicios públicos, cambiar el regresivo sis-tema impositivo, la
recuperación del control de los recursos naturales (acuíferos, minas,
bos-ques y campos en manos de oligopolios extranjeros) , impulsar
políticas públicas de vivienda y de salud que integren a todos los
ciudadanos y, por supuesto, la personería gremial de nuestra Central.

"Debatir política", con el oído en las realidades de nuestro Pueblo es
una exigencia; la Historia no se detiene y no podemos quedarnos como
estáticos espectadores o, peor aún, enfrentándo-nos entre compañeros
mientras acechan los enemigos de la Patria.

ATE ES DE TODOS

jueves, 10 de julio de 2008

"La campocracia y los medios masivos de siempre no dan respiro"





Final abierto

Decíamos en otro editorial que la cuestión del “campo” tenía un final abierto. Y lo sigue teniendo, a pesar de lo sucedido en el Congreso de la Nación el viernes pasado. Allí se demostró que el parlamento no es una escribanía, en uno de los debates más intensos que tengamos en la memoria y con la más alta participación de diputados desde el advenimiento de la democracia.

No obstante, la campocracia y los medios masivos de siempre no dan respiro. Aun sabiendo que el trámite en el Senado será mucho más cómodo para el oficialismo (o tal vez por eso mismo), ya plantean un escenario plagado de dificultades, que las debe haber, pero no en el tono de gravedad que se intenta imponer.

Suponiendo que el Senado apruebe el proyecto aprobado el sábado, y este se convierta en ley una vez promulgado en el boletín oficial, creo que vamos a seguir con final abierto. No tanto por la intención de acudir a la justicia como ya expresó la Mesa de Enlace (están en todo su derecho, al fin y al cabo) sino sencillamente porque no es el problema del “campo” lo que está en discusión.

La semana pasada, señalábamos cómo los factores de poder en distintas etapas encontraron la forma de domesticar gobiernos nacidos en las urnas. Esto es lo que todavía no han podido conseguir con este gobierno. Están cerca.

Cuando digo que están cerca, no es solo por los aciertos de la componenda de la campomediocracia, si no por la falta de reacción oficial, que debería replantearse toda la estrategia hasta aquí utilizada.

Cambiarles la cancha se decía en mi barrio. De eso se trata. Planteando una agenda pendiente y acompañando esa movida con un cambio de gabinete que también sea creíble para llevar adelante esa agenda.

A modo de ejemplo: no se puede seguir con un canal estatal que el viernes, en pleno debate en la cámara baja, transmitía como si estuviéramos en Suecia, mientras TN ponía su pantalla en cadena, haciendo como siempre el trabajo sucio.

Está claro, pero parece que hace falta repetirlo. No es la cuestión del “campo” lo que está en discusión. La disputa estriba en sostener un gobierno que pueda gobernar para todos o condicionarlo en función de los intereses mezquinos de una minoría facciosa.

La primera opción implica profundizar las políticas de redistribución y estructurar un gobierno de centroizquierda que acompañe esta premisa. La segunda deriva en acordar con estos sectores y redireccionar las políticas hacia posiciones de derecha.

Entonces también habrá un final abierto, porque el campo popular no permitirá retroceder a las ignominiosas condiciones de los años 2001 y 2002.

"...el mismo criterio extorsivo que aplicaron durante cien días"




A partir de hoy, jueves, la Sociedad Rural y sus tres aliadas, con el mismo criterio extorsivo que aplicaron durante cien días en contra del Poder Ejecutivo, ordenaron a sus asociados que volvieran a las rutas, en las exactas posiciones que ocuparon antes, que vinieran a la Capital el martes para realizar un acto multitudinario y que esperaran en vigilia frente al Congreso hasta el miércoles, cuando el Senado debatirá la ley sobre retenciones a la exportación agropecuaria que ya tiene media sanción de Diputados.

Las entidades rurales quieren sembrar angustia y confusión en la sociedad, pese a sus promesas de abandonar las medidas de fuerza si el Congreso debatía la controvertida “resolución 125”, y vuelven a generar el movimiento destituyente, desestabilizador, pero esta vez contra otro de los tres poderes de la Constitución. Ni siquiera es imaginable a lo que pueden llegar si alguna vez logran colocar el tema sobre la mesa de la Corte Suprema. De acuerdo con la metáfora usada ayer por Mario Llambías, de la CRA, durante los anuncios a la prensa del “plan de movilización de la Mesa de Enlace”, ha llegado el momento de definir el partido por penales.

¿Serían goles para ellos cuando lograron desabastecer a parte del territorio nacional, incluida la Capital, de alimentos frescos y combustibles? ¿Cómo llamarán al proceso inflacionario que pegó el estirón por maniobras de especuladores de la cadena de comercialización que aprovecharon la oferta interrumpida y la constante demanda para remarcar los precios como no se permitían hacía tiempo? Dicho sea de paso: ¿qué estará haciendo el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, mientras avanza la remarcación? Este funcionario, que a cambio de su lealtad absoluta recibe el sostén de los Kirchner, primero desinfló la credibilidad pública del Indec, de modo que las estadísticas oficiales han perdido influencia en el imaginario colectivo, y después asistió impasible al derrumbe de las políticas de contención de precios.

Estos resultados ponen en tela de juicio el concepto mismo de lealtad, virtuoso entre amigos o en un partido político, pero jamás sustituto de la excelencia en la administración del Estado y entre guardianes de las políticas públicas que protegen a los desamparados pero también a las capas medias que viven del esfuerzo propio. Las quejas de los caciques rurales, manipuladas en un discurso político de clara hostilidad antigubernamental, terminan entrecruzándose con las víctimas de la inflación, para deterioro del prestigio presidencial.

Es incomprensible la protesta de la “Mesa de Enlace” contra la ley en debate, puesto que el proyecto que aprobó Diputados por mayoría, según lo reconocieron ayer ante la prensa, modificó diecisiete veces las pautas originales de la “resolución 125”. El dato para los ruralistas comprueba que tenían razón al oponerse. La otra parte de la reflexión, que callan, es que los legisladores, y primero el Ejecutivo, hicieron las correcciones después de tomar debida nota de las demandas formuladas por “el campo”, en especial para atender los intereses de los pequeños y medianos productores. ¿Dónde hay pecado cuando un gobierno enmienda su primera intención, haciendo caso a las reivindicaciones de los interesados más débiles?

En tono apocalíptico, el titular de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, anunció que por culpa de la ley desaparecerán miles de agricultores. Olvidó decir que sin ley ni retenciones, en los años ’90, fueron incontables los perjudicados en la actividad agropecuaria, recuperados luego por los mercados internacionales y la debida protección oficial con créditos, subsidios y cotización monetaria de promoción exportadora.

La Federación, miembro de la CTA, reafirmó ayer su condición de aliada de la Sociedad Rural y de los otros miembros de la “Mesa de Enlace”, y Buzzi se preocupó por desmentir relaciones con el oficialista Rossi, con quien intercambió efusivos saludos al final de la sesión de Diputados, como si hubiera sido sorprendido en una actividad adúltera. Para otros, en cambio, el acto ilícito es el que comete cuando actúa como mano de obra en las rutas para ejecutar los “planes de acción” dirigidos contra el Congreso con la misma virulencia que antes dedicaban a la Casa Rosada.

Para colmo, ahí está el entrerriano Minga De Angeli, soplándole en la nunca, seguro que deben aplicar la fuerza en la democracia, como no lo hicieron en los ‘90 ni en la dictadura militar. Esta memoria histórica sirve de evidencia para demostrar que hace tiempo que estas acciones siguen usando pretextos agrarios para llevar adelante, en realidad, una política de oposición que es funcional al pensamiento de la derecha política y económica.

Buzzi, De Angeli y otros como ellos no son los únicos en contradecir los intereses que deberían defender, porque, como se vio en Diputados, la oposición, vacía de propuestas como no fuera la suspensión de la “125”, se benefició con el voto de quienes tenían propuestas alternativas para el trato particular de los artículos de la ley.

En lugar de establecer diferencias, terminaron emblocados en una sola mano, sin medir las consecuencias de sus actos. Este “plan de acción” que comienza hoy recibió el aliento de todos aquellos que por demagogia, oportunismo o mediocridad se sumaron al bloque antigubernamental, como si estar en esa vereda fuera garantía de honradez intelectual o propósito transformador. Si fueran consecuentes con sus posiciones, el martes deberían ir al acto de la “Mesa de Enlace” para escupir contra el viento.

Aun muchos provincianos que han sufrido las consecuencias del lockout desabastecedor prefieren pensar que esas fatigas las provocó el Gobierno. Así piensan también intendentes y gobernadores, por suerte una minoría, que creen lo mismo que sus paisanos, más por cálculo electoral que por sana convicción.

No importa si cada uno se ubica al lado, detrás o enfrente del Gobierno. Lo que más importa es tener en claro que hay un plan general, más ambicioso que el de los ruralistas, que busca desmoronar al régimen democrático con el argumento de que el Gobierno, o la presidenta Cristina, es insoportable. La creación de una segunda CGT por Luis Barrionuevo, quien declaró a Eduardo Duhalde como su referente político, y las escisiones en el peronismo provocadas en nombre de una presunta confrontación entre el interior campesino y la voracidad urbana son parte de ese esquema de desgaste continuo, cuyo objetivo principal es convencer a la mayoría de los ciudadanos de que deben cambiar sus votos y si es posible hacerles imposible gobernar a las autoridades electas en octubre del año pasado.

Si pudieran dar un golpe de Estado, ya lo hubieran hecho. Por eso, no se trata de criticar a los opositores para defender al Gobierno, sino de hacer todo lo posible para consolidar la cultura democrática y la libertad en el país, en nombre del bienestar general. El futuro no puede ni debe decidirse por penales.

Por J. M. Pasquini Durán

lunes, 7 de julio de 2008

Las cicatrices de la CTA. El conflicto rural marcó divergencias en la Central




-Fuente:Página12

La relación con el Gobierno y con la Federación Agraria profundizó las discusiones internas entre tres sectores. Aunque admiten las diferencias, todos coinciden en que “no está en riesgo la unidad de la Central”.

A partir del conflicto desatado por las entidades del campo que reclaman la suspensión de las retenciones móviles, la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) vio profundizado el proceso de debate interno en el que se encuentra desde la llegada del kirchnerismo al poder. Las posiciones coinciden en que “no está en riesgo la unidad de la Central”, pero las diferencias se acentúan a medida que pasa el tiempo. Los docentes cercanos al Gobierno, los estatales opositores y los abiertamente oficialistas discuten el destino de organización obrera que surgió para enfrentar las políticas neoliberales de los ’90.

En el seno de la Central existen tres posturas bien definidas. Por un lado, el sector del actual titular de la CTA, Hugo Yasky, junto a los dirigentes de los maestros porteños y bonaerenses Francisco “Tito” Nenna y Roberto Baradell, que mantienen una postura más cercana al Gobierno. Por otro lado, los sectores vinculados a la Asociación Trabajadores del Estado (ATE), junto a otros gremios, entre ellos el secretario general adjunto de la CTA nacional, Pablo Micheli, el ex líder de la CTA, Víctor De Gennaro, y el diputado y economista Claudio Lozano. Finalmente, en una tercera posición, se encuentran el diputado Edgardo Depetri y el líder de la Federación de Tierra y Viviendas (FTV), Luis D’Elía, con posiciones de apoyo definido a las políticas gubernamentales.

La relación de la CTA con la Federación Agraria (FA) provoca rispidez entre sus integrantes. Hace semanas, en pleno conflicto, se organizó en la sede de ATE nacional una charla con el dirigente Eduardo Buzzi, vocero de la mesa de enlace de las cuatro entidades que estuvieron a la cabeza del lockout durante cien días. “Con la FA hemos sido históricos aliados, pero hoy tenemos un distanciamiento proporcionalmente inverso al acercamiento de ellos a la Sociedad Rural –aseguró Yasky a PáginaI12–. Pero esto no quiere decir que a nivel individual, en un futuro, no se vuelvan compartir espacios de debate.”

El adjunto de la CTA, Pablo Micheli, estimó en cambio que “con Buzzi hay una buena relación porque en todo caso es el único que plantea cuestiones de fondo, como los impuestos a las petroleras o a la minería”. Luego de aquella reunión, D’Elía planteó públicamente que de allí “no hay retorno”, pero luego aseguró que iba a “dar la pelea desde adentro”.

La tensión que ya existía entre las distintas posiciones se acentuó cuando debieron discutir la participación de la CTA en la concentración de Plaza de Mayo a la que había convocado el gobierno nacional el 18 de junio, el mismo día que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunciaba el envío del proyecto de retenciones móviles al Congreso. En aquella reunión, en Piedras al 1000, estaban los que impulsaban la idea de “marchar a la convocatoria orgánicamente”, mientras otros creían que no. El espacio de Yasky planteó que “había que movilizarse en contra de la derecha y los sectores reaccionarios que aprovecharon para empujar el clima desestabilizador”. A pesar de encontrar que las retenciones móviles “son una medida correcta pero desproporcionada”, en el entorno de Micheli pusieron reparos al análisis de sus compañeros y señalaron que “la derecha también está en el Gobierno”. Finalmente, se definió la libertad de acción para ir a la Plaza, pero “a título personal, sin ninguna simbología identificatoria de la Central”, según confiaron fuentes de la central que fundó Germán Abdala.

El devenir del debate interno de la CTA tuvo sus picos en los últimos años. Con el concepto de autonomía como una de sus principales banderas, en la elección de autoridades para la mesa nacional, D’Elía había sido puesto a un lado por su condición de funcionario del Gobierno como secretario de Tierras, y Depetri pasó de la Secretaría de Organización a desempeñarse como vocal. Aunque no sucedió, este año circuló a modo de chicana el rumor de que el piquetero Raúl Castells, enconado opositor al kirchnerismo, se iba a afiliar a la central; esto enfureció a D’Elía, quien mantiene un duro enfrentamiento con el dirigente.

Para Yasky, “la Central siempre se encuentra en debate interno. Pero sin duda que, a partir de la profundización del perfil reaccionario del reclamo del sector agrario, hacia dentro de la Central se fueron sintetizando las posiciones para bancar las retenciones. Afirmando la autonomía, pero también nuestra opción por la distribución de la riqueza”, y agregó que iban a seguir insistiendo sobre “la reactivación del consejo del salario”.

Por su parte, Micheli destacó que “se puede sostener el equilibrio interno sin tener por qué quedarse callado”. Resaltó que siguen avanzando en la “construcción del movimiento político y social” que fue votado por la central obrera hace unos seis años y que podría “presentarse como opción electoral para el 2011. Sin desconocer los avances que hubo, ya van más de cinco años de mandato y el gobierno nacional muestra que va hacia la derecha”.

Por Julián Bruschtein

Bendita soja



POR HORACIO VERBITSKY

El Grupo de Reflexión Rural, que orienta el militante de la resistencia peronista Jorge Eduardo Rulli, reveló que una rama de la Federación Agraria Argentina, en combinación con la transnacional Monsanto, introdujo el cultivo de su variedad transgénica en el país y que la Iglesia Católica tiene interés directo en el negocio.

En el editorial de su programa Horizonte Sur que, pese a su posición hipercrítica hacia el gobierno, se sigue transmitiendo por Radio Nacional, Rulli recordó que desde la Central de los Trabajadores Argentinos, CTA, denunció a la Federación Agraria, a fines de la década pasada, “por haber multiplicado las primeras semillas de soja RR en combinación con Monsanto”. En ese momento el secretario general de la CTA era Víctor De Gennaro.

Ante la desmentida de Buzzi, el Grupo de Reflexión Rural emprendió una investigación en el archivo de la Federación Agraria. Allí descubrió que el negocio con las semillas de Monsanto lo había realizado AFA, “una rama de la Federación Agraria, en manos de los pro-chinos”. Es decir, de la fracción que conducen el presidente de la Federación Agraria de Entre Ríos, Alfredo De Angeli, y su vicepresidente y responsable del Partido Comunista Revolucionario, Juan Alberto Echeverría, con varias condenas por evasión fiscal.

Rulli sostiene que “Buzzi lo sabía y nos podría haber evitado tanta búsqueda y esfuerzo”. El orientador del Grupo de Reflexión Rural también recordó que “hace ocho o nueve años”, durante un retiro cerrado de Caritas, le entregó en mano al obispo Jorge Casaretto “una carpeta con evidencias científicas sobre los daños que la ingesta de soja ocasiona en el desarrollo neurológico y hormonal de los niños”.

Por eso, el obispo “no puede ignorar las consecuencias de aquellos supuestos planes solidarios que implementaba la institución que presidía”. Se refiere a los cursos que Caritas organizó en todo el país para incluir la soja en la dieta diaria. Rulli también discutió el tema con el ingeniero Eduardo Luis Serantes, presidente de la institución de beneficencia de la Iglesia Católica. “Me respondió con desplante que contaba con todo el respaldo de la Secretaría de Agricultura y del gobierno”, en la gestión de Fernando de la Rúa. Rulli añade que Serantes sigue siendo presidente de Caritas y al mismo tiempo director de la empresa de agronegocios Cazenave y Asociados, una consultora que brinda servicios agropecuarios a empresas exportadoras.

También es responsable del fondo agrícola de inversión de Molinos y asesor de empresas agroindustriales y de servicios, como Dow Agro Sciences SA. En su publicación oficial Huellas de Esperanza, Caritas anunció recetas de milanesas de soja y en las páginas interiores encomió los planes de “ayuda solidaria” organizados por las grandes empresas sojeras y un proyecto de fabricación de hamburguesas de soja en Entre Ríos, en colaboración con Aapresid, la Asociación de Siembra Directa, promotora del modelo sojero.

En la semana previa al acto del 25 de mayo de este año en Rosario, Casaretto y Serantes recibieron en San Isidro al presidente de la Sociedad Rural, Luciano Miguens, quien les pidió ayuda para forzar al gobierno a una negociación. La respuesta fue la declaración del Episcopado que instó al diálogo, y que la Comisión de Enlace mencionó para explicar la suspensión del lockout patronal.

Fue la primera declaración en muchos años en la que la conducción episcopal no mencionó el grave problema de la pobreza.

jueves, 3 de julio de 2008

"La Sociedad Rural Argentina al país" En el primer aniversario del Gobierno de las Fuerzas Armadas.





Hoy hace un año que el país se debatía en la más profunda de las crisis por la que ha atravesado en su historia.

La corrupción, la falta de autoridad, el desgobierno, el crimen como medio político, eran carácteres dominantes de la situación. En lo económico, la inflación descontrolada y el desorden fiscal eran insostenibles. Se estaba al borde de la cesación de pagos; en suma, el país se desintegraba.

En esos momentos todos estábamos dispuestos a dar cualquier cosa por tener garantías mínimas de vida, y de bienes, por volver a respirar aire puro.

Fue en tan graves circunstancias que las Fuerzas Armadas tomaron las riendas del país con patriótico empeño, para evitar su desarticulació n total. Su advenimiento al gobierno fue apoyado por todos. En aquel momento nadie medianamente informado creyó en la posibilidad de revertir la situación en un plazo breve.

Un año después, luego de una ardua labor, varios e importantes son los logros materializados. Quizá mayores aún de lo que nos puedan parecer sin la suficiente perspectiva.

La guerrilla apátrida y brutal, amparada en buena medida por las anteriores autoridades, ha sufrido rudos golpes y está en franca retirada. Ahora se dedica desde el exterior a atacar al país a través de la prensa izquierdista, cínicamente, abusando de la calificación de derechos humanos, que ellos jamás quisieron respetar.

Sin embargo queda mucho por hacer. Es indispensable reforzar el proceso dándole otro ritmo, lograr definiciones y tomar decisiones que hacen al fondo del mismo y que son necesarias para proyectar a la Nación hacia su modernización, conforme el plan económico inicialmente enunciado.

En efecto, debemos desarmar el andamiaje creado por casi 35 años de una lenta pero sistemática estatización socializante, que en definitiva ha demostrado su fracaso al emprobrecernos a todos y al no haber dado los frutos que algunos sectores ansiosos, confundidos o equivocados, esperaban de su aplicación.

Este proceso requiere el apoyo y sacrificio de todos los sectores, sacrificio que deben hacer no sólo los empresarios y los obreros, sino especialmente el Estado, dando el ejemplo a través del reordenamiento presupuestario que ya ha comenzado, la liquidación de las empresas estatales y el redimensionamiento de la burocracia.

Ahora no debe dominarnos la impaciencia. Volvamos nuestra memoria al 24 de marzo de 1976 y comparemos la actual situación con aquella, recordemos etapas similares y veremos que las experiencias pasadas nos indican la inconveniencia de actitudes demagógicas de aperturas políticas prematuras, que puedan entorpecer o demorar una efectiva recuperación del país en todos los órdenes.

La Sociedad Rural Argentina reitera frente a los productores y la ciudadanía en general su apoyo a toda acción que signifique compeltar el proceso iniciado el 24 de marzo de 1976, para poder lograr así los fines propuestos, que en definitiva son los grandes objetivos nacionales.

Buenos Aires, 24 de marzo de 1977

El 24 de marzo de 1977 La Sociedad Rural Argentina publicó esta solicitada en La Nación

miércoles, 2 de julio de 2008

Retenciones. Por qué piden la suspensión



Por Alfredo Zaiat-


En estos días de reclamos del sector privilegiado del campo que confunde y oculta frente a un coro de cabezas mediáticas que asiente podría abrir las puertas a otras demandas. La Mesa de Enlace & cía. demanda la suspensión de la aplicación de las retenciones móviles. Entonces, por caso, los industriales estarían en condiciones de pedir al Gobierno la suspensión del pago del Impuesto a las Ganancias.

El argumento sería que si tienen que abonar el tributo como corresponde no estarían dadas las condiciones para invertir, además de que la alícuota del 35 por ciento es confiscatoria porque supera el 33 por ciento, como se repite en estos días para desinformar. Las rentabilidades fabulosas de los últimos cinco años de la industria han sido simplemente una lectura equivocada de aquellos que no quieren el progreso del país.

También todas las empresas del país pueden exigir la suspensión del aumento promedio del 20 por ciento para los trabajadores formales acordado con los gremios para este año. Aquí la idea fuerza puede ser que no es oportuno ese ajuste porque no permite el desarrollo del sector privado en un momento de turbulencia política. Los salarios que recién han recuperado lo perdido por la megadevaluación pueden esperar teniendo en cuenta que para el capital nunca es suficiente la acumulación.

Los bancos pueden sumarse y exigir la suspensión de los aún impagos amparos a ahorristas atrapados en el corralito porque todavía el sistema está en proceso de consolidación. Las ganancias que están registrando es un espejismo de aquellos que piensan que las entidades financieras están pasando por un buen momento.

El campo sojero, acompañado de intendentes sojeros y diputados sojeros, pide la suspensión de la resolución que dispuso el aumento y la movilidad de los Derechos de Exportación. Si no fuera que se sabe que en el juego político cada una de las partes va mostrando sus cartas en el momento que considera oportuno para conseguir la mayor ventaja, esa propuesta ni sería tomada en cuenta.

O, en todo caso, habría que descubrir su intención: los 180 días de suspensión son el tiempo óptimo para exportar toda la soja acumulada al extraordinario precio de 600 dólares que alcanzó ayer en el mercado internacional.

Legitimidad social de los patriotas




Por Damián Pierbattisti *

El llamado conflicto del Gobierno con el campo puede ser abordado desde las más diversas perspectivas. Una de ellas remite al vocabulario guerrero utilizado por los cuadros políticos de los capitalistas agrarios y la normalización que del mismo produjo la enorme mayoría de la prensa escrita, oral y televisiva. Cuando el campo concedió una “tregua”, llamó la atención que no se haya resaltado el carácter que asumía este término en boca de dicho sector.

Pero más aún interesa la naturalidad con la que se difundió el hecho de que el campo otorgue una tregua: no era el agredido el que le arrancaba una tregua al agresor, sino aquel que la otorgaba, incluso como gesto tendiente al “diálogo”. Sin dudas, la fuente de legitimidad social que concitaba cortar rutas para intentar producir el desabastecimiento de los grandes centros urbanos, lo cual se difundía en una privada y monopolizada cadena nacional para amplificar y fortalecer la convocatoria, debía ser lo suficientemente poderosa como para impedir que tales acciones aparecieran ante la opinión pública como la consecución de un delito tipificado en el Código Penal.

Era evidente que debía existir algo que constituyese la imprescindible retaguardia material y simbólica, que les permitía a los medios masivos de comunicación la legitimación y el procesamiento positivo de los delitos federales que se estaban cometiendo. Es allí donde aparece, en todo su esplendor, el término “patria” como fuente de inagotable fuerza moral y de legitimidad social de acciones sociales que ejercidas por los pobres asumen la forma delictiva, pero realizadas por los propietarios de la tierra se convierten en una gesta patriótica.

¿Hubiesen sido toleradas por la enorme mayoría de la prensa “de la gente” decenas de cortes de ruta a lo largo de todo el país por piqueteros pobres que reclamasen alimentos, trabajo digno, un techo, condiciones humanas mínimas de existencia? ¿Cuál sería la posición de estos concentrados medios de procesamiento de la información si los que cortasen las rutas fuesen los campesinos desplazados por “el avance de la soja”?

¿Estas no serían acaso luchas de una remarcable dignidad humana?

Sin embargo, la dignidad que concita un esperable entusiasmo en el cacerolero indignado de Santa Fe y Callao, que le reclamaba a la Presidenta que “deje de gobernar para los negros”, es aquella que brota de la propiedad privada del suelo. La figura del productor está fuertemente asociada a la noción de trabajo como tecnología moral: es el inocente ciudadano que no se deja “acarrear” por un choripán y que enfrenta, con dignidad, el carácter confiscatorio de una medida que busca recortar su fabulosa ganancia para incrementar “la caja”.

El estribillo en torno a la figura del “autoconvocado”, el que asiste a los piquetes de esos productores que son la sustancia misma de la patria sin ser conducido por la limosna miserable del clientelismo político, revela que el trabajo como tecnología de poder, el trabajo como sustrato material de la construcción de cuerpos normalizados para su consumo productivo en términos capitalistas, constituye una divisoria de aguas fuertemente convocante para comprender los modos en los que se construye la legitimidad social que requieren acciones de carácter delictivo para algunos, y legítimas para otros.

Esta personificación del productor paciente y minuciosamente construida por la inmensa mayoría de los medios de comunicación fue la que les otorgó una legitimidad objetiva a los más de tres meses de cortes de rutas, y a los efectos colaterales que conllevaron tales acciones, que otras identidades sociales, pertenecientes también al mundo del trabajo y de la producción, no hubiesen concitado jamás.

La reificación del sujeto que produce, en este caso, es inescindible de su atribuida condición de propietario, para quien puede ser legítimo –y poco importa si es legal– cortar tres meses una ruta para enfrentar el supuesto carácter confiscatorio de una determinada medida. De este modo, y en principio, se podría decir que la fuente de legitimidad de una acción social determinada descansa no sólo sobre su normalizada aceptación, sino también sobre el carácter social de los sujetos que la ejecuten.

Así, el poder social del dinero separa con su inobjetable frialdad a los productores-propietarios-legítimos de los que no lo son. La fuerza material de los propietarios de la tierra encuentra en la patria el vértice de apoyo de su identidad moral, así como también la pretendida legitimidad de sus acciones. A punto tal de forzar la problemática relación entre la legitimidad y la legalidad de las acciones sociales hasta límites insospechados meses atrás.

¿Por qué motivo, si no, los adláteres del derecho y la Constitución poco y nada dijeron respecto de los piquetes cuyo objetivo tuvo como resultante producir un desabastecimiento masivo de bienes de consumo para hacer tronar el castigo del escarmiento, por haber osado restringir una renta extraordinaria?

¿Creerá esta buena gente la fantasía de la igualdad ante la ley cuando cortar una calle para volver visible la existencia social de los desposeídos es delito y los más de cien días de desestabilización a un gobierno elegido en elecciones libres es “resistencia federalista”?

Es necesario dar un debate acerca de cómo se normaliza el discurso de la guerra entre aquellos que ejercen “legítimamente” sus derechos en defensa del monopolio de la propiedad privada y del lucro capitalista.

Hace treinta y un años, cuando la Sociedad Rural saludaba en una solicitada el primer año de la dictadura militar, la clase poseedora reaccionaba, ante lo que también consideró una agresión, construyendo un genocidio. Por este motivo, nuestras diferencias sustanciales pueden ser dejadas para más adelante.

* Doctor en Sociología de la Universidad París I-Sorbonne.

Investigador UBA-Conicet

Semilla de maldad



Por Teodoro Boot

Para la mayoría de las personas, que han permanecido en resplandeciente desinformación respecto a cualquier asunto vinculado con el mundo agropecuario, no existe vínculo alguno entre el conflicto rural y el principal problema medioambiental que afecta hoy a la mayoría de las provincias argentinas, tema sobre el cual también suele descansarse en una amable ignorancia. No es sorprendente, si hasta Gualeguaychú, ciudad que parecía estar imbuida de cierta conciencia ambientalista, muestra una asombrosa dificultad para relacionar un suceso con otro, el mecanismo básico de la inteligencia.

La protesta promovida por los productores de granos se desató cuando el gobierno nacional decidió aumentar las retenciones a la exportación de soja y girasol, reducir las de maíz y trigo, y a la vez disponer que fueran móviles.

Las verdaderas razones que movieron al ex ministro Lousteau y al secretario Moreno a proponer estas medidas nunca terminarán de conocerse, habida cuenta no fueron explicitadas oportunamente y que cualquier explicación a posteriori suena inevitablemente a excusa o argumento. Pero más allá de las motivaciones gubernamentales, la medida es adecuada, aunque insuficiente.

Lo adecuado es la movilidad de las retenciones, pues por un lado dan al Un monocultivo jamás es fruto de la necesidad interna de un país ni mucho menos de sus habitantes: siempre es inducido desde el exterior, como una de las derivaciones de la división internacional del trabajo.productor un horizonte de previsibilidad, por más que perjudique el mercado a término, timba bursátil no frecuentada por los productores propiamente dichos: si el precio internacional sube, el porcentaje de retención aumenta; si el precio baja, el porcentaje a retener, se reduce. De igual manera que libran al productor del arbitrio de distintos funcionarios y de las oscilaciones del mercado mundial de granos, la movilidad de las retenciones sirve principalmente para no importar la inflación internacional, tomando en cuenta además, que con la local nos alcanza y nos sobra.

Pero dijimos que además de adecuadas, son insuficientes. En primer lugar, por la ausencia de un eficaz instrumento de intervención y aplicación. En segundo, y principal término, por razones medioambientales y sociales.

Son conocidos -la asamblea vecinal ambiental de Gualeguaychú las conoce (no crean que nos vamos a olvidar de esa asamblea)- los perjuicios económicos y sociales provocados por cualquier clase de monocultivo.

Algodón por camisetas Como párrafo aparte, permítasenos puntualizar que un monocultivo jamás es fruto de la necesidad interna de un país ni mucho menos de sus habitantes, sino que siempre es inducido desde el exterior, como una de las derivaciones de la división internacional del trabajo, mediante la que se deja para algunas naciones el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la industria y para otras muchas, la producción primaria, la pobreza, el atraso y la ignorancia.

Es obvio quién ideó esa clase de división de roles, que equivale más o menos a la división del “trabajo” entre el señor feudal y los siervos de la gleba. Lo que no queda tan claro es por qué tantos países se resignan al triste lugar que les toca en esa división, aunque el asunto se ilumina apenas advertimos que la división internacional supone la existencia en las regiones atrasadas de pequeños núcleos propietarios y dominantes que resultan muy beneficiados por tal orden de cosas.

La división internacional durante varias décadas distribuía en las distintas regiones diferentes “especializaciones”: para el Caribe la producción de caña de azúcar, para Brasil el café, para Centroamérica el cacao, para Bolivia el estaño, para Chile el cobre, para la región rioplatense la carne y los cereales, y así y así. Se trata, en suma, de la organización de las economías de las regiones marginales en función de las necesidades de las naciones ricas, eufemísticamente denominadas “mercado mundial”.

El mito del “granero del mundo” aún subsiste, distorsionando la percepción de los argentinos. ¡Cómo si hubiera algún mérito en ser un silo!La consecuencia siempre y sin excepción ha sido la desertificación por agotamiento de los recursos y depredación del medioambiente, la pobreza, la migración, el hacinamiento y la desnutrición de poblaciones expulsadas de sus lugares de origen y de sus actividades económicas tradicionales en función del monocultivo que, por definición, no requiere ni de gran cantidad de mano de obra ni mucho menos de la existencia de un mercado interno. A la vez, el progresivo enriquecimiento de un sector social vinculado a la provisión del mercado mundial supone el creciente aumento de su poder político e influencia cultural, y en consecuencia la amputación de las posibilidades industriales, del conocimiento, de la ciencia y de la tecnología, que en modo alguno son necesarias para el desenvolvimiento del monocultivo.

La ceguera de esos núcleos dominantes ha terminado en muchos casos por ser suicida. En nuestro país, por ejemplo, donde al calor de las necesidades inglesas un campo fértil era una suerte de mina de oro, el colapso del modelo agrario de fines de la década del 20 no se originó en la crisis bursátil internacional sino en la inexistencia de nuevas tierras fértiles y la natural merma productiva de las ya explotadas. Fue recién Al ser transgénica la soja que se siembra en la Argentina es doblemente nociva.entonces, y a los tumbos, cuando comenzó a retomarse el camino industrialista y proteccionista ensayado por Nicolás Avellaneda y dejado de lado inmediatamente después de su presidencia, en momentos en que las necesidades británicas de alimentos baratos para sus trabajadores industriales comenzó a enriquecer a una oligarquía propietaria que optó por la desdichada ocurrencia de canjear algodón por camisetas y vender una vaca para comprar un par de zapatos.

Curiosamente, el mito del país agrario, del “granero del mundo” aún subsiste, distorsionando la percepción de los argentinos. ¡Cómo si hubiera algún mérito en ser un silo!

La especialización sojera Nuestra especie ha tradicionalmente apostado a la tecnología para resolver el conflicto entre la expansión demográfica y el agotamiento de los recursos, procedimiento que ha llevado a la destrucción del medioambiente y, en las actuales circunstancias a una peligrosa encrucijada que pone en riesgo la existencia misma del planeta: el uso de oleaginosas y granos en general para la alimentación de motores de combustión interna.

Es cierto, excepto los loros y los rusos de las colonias, nadie usa el girasol como alimento, sino como aceite. Y en cuanto a la soja, una “Momento de parto. El bebé no llora. La madre desespera. El niño está muerto”, dice el libro "La soja, la salud y la gente".legumbre de muy elevadas propiedades nutricionales, no forma parte de la dieta habitual de los argentinos, de manera que utilizar parte del girasol para la producción de biodiesel, y la soja para alimento animal, a primera vista no tendría por qué causar ningún perjuicio desde el punto de vista de la producción de alimento humano. A primera y muy distraída vista, si no se advierte que la suba exagerada del valor de esos granos, induce a que se deje de lado a otros que sí son usados como alimento habitual, amen del abandono de otras producciones alimenticias, como el tambo o la fruti y horticultura.

Es decir, si ya la producción extensiva de granos para satisfacer las necesidades del mercado mundial desequilibró la estructura productiva de alimentos, la preeminencia de la soja provoca un desequilibrio aún mayor al consistir en un monocultivo especializado dentro del monocultivo de granos.

Pero al ser transgénica la soja que se siembra en la Argentina es doblemente nociva. Veamos, primero, por qué o para qué es transgénica. No para que vuele, por ejemplo, o brille en la oscuridad, sino para hacerla resistente al Roundup, producto comercial de Monsanto cuyo principio activo es el glifosato, un poderoso herbicida que se utiliza para combatir la maleza. Lo único que crece en la tierra así fumigada es la soja RR (resistente al Roundup).

Además, la siembra directa, maravilla tecnológica que los productores y El Grupo de Reflexión Rural (GRR) censó diez pueblos con denuncias sobre contaminación con Roundup."autoridades han “comprado” sin detenerse ni un segundo a observar sus consecuencias, requiere de tres condiciones: el uso de herbicidas, puesto que al no ararse, es el único modo de acabar con la maleza preexistente y, en consecuencia, la necesidad de utilizar fertilizantes químicos, como el nitrógeno. Ocurre que tanto los herbicidas como los fertilizantes químicos matan a las bacterias, responsables de producir el humus mediante un proceso de descomposición orgánica.

Otro efecto de la siembra directa es que para que rinda sus mayores beneficios la tierra debe estar “blanda”, no debe estar “pisada”, razón por la que se abandonó la rotación entre siembra y pastoreo vacuno, muy adecuado método de fertilización natural.

La siembra directa, los fertilizantes químicos y los herbicidas, provocan una creciente dependencia del productor —y del país— respecto al proveedor de dichos insumos, casualmente, el mismo que provee las semillas transgénicas.

Hasta aquí los efectos, llamémosle “económicos” del monocultivo sojero como “especialización” dentro del monocultivo de granos y oleaginosas, que tiene otras consecuencias, más decididamente “ambientales”.

Agrotóxicos “Momento de parto. El bebé no llora. La madre desespera. El niño está muerto”, dice el médico rural entrerriano Gabriel Gianfellice en su libro La soja, la salud y la gente. Gianfellice, al igual que otros médicos de su provincia, intrigados por los embarazos que no llegan a término, las muertes prenatales, la multiplicación anormal de los casos de cáncer y los arroyos sembrados de peces muertos, comenzó a investigar las En Ituzaingó, en las afueras de Córdoba, viven 5 mil personas. 200 de ellas padecen cáncer. El barrio está rodeado de campos con soja, sólo separados por la calle. posibles causas de este abrupto cambio en el mapa de enfermedades de la región. En el Cerrito, localidad del noroeste de la provincia, Gianfellice advirtió que habían empezado “a aparecer dos patologías, la muerte de bebés durante el parto y muerte fetal precoz (situación donde se produce el embarazo, la bolsa, la placenta, pero no se produce el bebé), que aumentó en forma extraordinaria en toda la zona desde 1999”.

Muy cerca de ahí, en San Cristóbal, una pequeña localidad al norte de Santa Fe, tres años atrás el intendente Edgardo Martino denunció que en el primer semestre del 2005 habían tenido lugar once nacimientos con malformaciones congénitas, y tres niños habían fallecido a los pocos días de nacer. También advirtió la existencia de otros tres casos en localidades vecinas.

Para el médico toxicólogo Jorge Kaczewer “los síntomas de envenenamiento incluyen irritaciones dérmicas y oculares, náuseas y mareos, edema pulmonar, descenso de la presión sanguínea, reacciones alérgicas, dolor abdominal, pérdida masiva de líquido gastrointestinal, vómito, pérdida de conciencia, destrucción de glóbulos rojos, cambios de coloración de piel, quemaduras, diarrea, falla cardíaca, electrocardiogramas anormales y daño renal.”

“En todas las cuadras hay mujeres con pañuelos en la cabeza, por la quimioterapia, y niños con barbijo, por la leucemia”.Luego de dos años de estudios un equipo del Hospital Italiano de Rosario vinculó las malformaciones, cáncer y problemas reproductivos con exposiciones a contaminantes ambientales. El estudio, a cargo del médico e investigador Alejandro Oliva, abarcó seis pueblos de la región y encontró “relaciones causales de casos de cáncer y malformaciones infantiles entre los habitantes expuestos a factores de contaminación ambiental, como los agroquímicos”.

Según el informe presentado por el Dr Oliva las funciones reproductivas —masculinas y femeninas— son altamente sensitivas a diferentes agentes químicos de la actividad agrícola. También destaca que el efecto tóxico puede producirse mediante dos mecanismos: el contacto directo con la sustancia, o bien que los padres la hayan absorbido y transmitido a través de sus espermatozoides y óvulos a los hijos. Los factores ambientales, sostiene Oliva, como la exposición a pesticidas y solventes, contribuyen a la infertilidad, coincidiendo con numerosos casos de impotencia e infertilidad, documentados en Entre Ríos por el Grupo de Reflexión Rural, que aquejan a varios productores de soja y encargados de la fumigación, remisos a denunciar su dolencia tanto por machismo como por no ver afectados sus intereses económicos.

Para el médico Jorge Kaczewer, los estudios de Eric Seralini —bioquímico francés de la Universidad de Caen—, quien descubrió que el glifosato mata una gran proporción de células de la placenta, confirman que el Roundup es más tóxico que su agente activo, el glifosato, causante de malformaciones genéticas, aborto espontáneo y muerte neonatal

Los Portillo Según el diario digital Ecoportal, “el Grupo de Reflexión Rural (GRR) censó diez pueblos con denuncias sobre contaminación con Roundup. El caso testigo fue el barrio Ituzaingó, en las afueras de Córdoba. Allí viven cinco mil personas, 200 de ellas padecen cáncer. El barrio, humilde, de casas bajas, está rodeado de monocultivo. Al este, norte y sur hay campos con soja, sólo separados por la calle. ‘En todas las cuadras hay mujeres con pañuelos en la cabeza, por la quimioterapia, y niños con barbijo, por la leucemia’, lamenta Sofía Gatica, integrante de las Madres de Ituzaingó, que padeció la muerte de un bebé recién nacido (con una extraña malformación de riñón) y, en la actualidad, su hija de 14 años convive con dos plaguicidas en la sangre, intoxicación confirmada por estudios oficiales.

“El relevamiento del GRR –prosigue Ecoportal– confirmó alergias respiratorias y de piel, enfermedades neurológicas, casos de malformaciones, espina bífida, malformaciones de riñón en fetos y embarazadas. En marzo de 2006, la Dirección de Ambiente municipal analizó la sangre de 30 chicos: en 23 había presencia de pesticidas.

“Otro de los pueblos censados fue Monte Cristo, Córdoba, donde sobre una población de 5000 personas, entre 2003 y 2004 se registraron 37 casos oncológicos, 29 malformaciones congénitas e innumerables fumigaciones. En Las Petacas, Santa Fe, 200 kilómetros al sudoeste de Rosario, viven 800 habitantes y en los últimos diez años hubo 42 casos de cáncer y 400 personas con alergias. Sólo en octubre de 2005 murieron cinco personas de cáncer y dos de leucemia. Todos acusan a las fumigaciones. Se repiten las historias en San Francisco (Córdoba) y San Lorenzo, San Justo, Piamonte, Alcorta y Máximo Paz (Santa Fe).”

Luego de cada fumigación, los chicos sufrían mareos, vómitos y dolores de cabeza.Alexis, de un año y medio. Rocío y Cristian, ambos de 8 años. “Los primos Portillo”, como los conocían en Gilbert, pequeño pueblo del departamento de Gualeguaychú. En siete años, de mayo de 2000 a enero de 2007, los tres fallecieron. Otra prima, Ludmila, de 18 meses, fue internada con un grave cuadro de intoxicación. Norma Portillo, mamá de Cristian, denunció la contaminación del agua y apuntó contra el uso de agroquímicos en las plantaciones de soja que rodean la vivienda familiar. Luego de cada fumigación, los chicos sufrían mareos, vómitos y dolores de cabeza. El 15 de enero de 2007, dos días antes de la muerte de Cristian, las avionetas habían fumigado durante todo el día.

La familia Portillo ya no se refresca en el arroyo cercano, ya no usa el agua de pozo para cocinar y beber y ya no habita donde siempre había vivido. Abandonaron su histórica vivienda hace un año y se trasladaron al pueblo. “Cuando fumigaban, nos encerrábamos en la pieza. Por días nos dolía la cabeza, picaba la garganta y ojos. Y si llovía, el arroyo bajaba con peces muertos. En el campo hay palomas, perdices y liebres muertas, nada deja el veneno”, explica Norma.

Perdidos en la niebla El médico Martín Alazard, integrante de la asamblea ambiental de Gualeguaychú, que en su ciudad ha realizado un recorrido semejante al de Gianfellice, explicó en la primera jornada sobre Impactos de los Modelos de Monocultivos que "el río Uruguay ya tiene una presión importante de contaminación por industrias, monocultivos de soja y agroquímicos. No puede soportar más contaminación, no se pueden instalar estas empresas".

Alazard se refería con toda claridad a las pasteras Botnia y Ence. El doctor guarda hoy silencio ante la extraña circunstancia de que la mayor parte de la asamblea ambiental esté apoyando a los ruralistas en su reclamo contra el aumento a las retenciones a la soja. Extraño, muy extraño.

No hace más de un año, el veterinario Ignacio Hernández explicó a la prensa de Gualeguaychú que Entre Ríos, con un 80% de su tierra cultivada con soja, es un ejemplo de la soja-dependencia. “Y, en esta provincia —sostiene Hernández en ese reportaje del diario “El Día”— Gualeguaychú cumple con las generales de la ley, generando problemas tanto por el monocultivo como por el uso descontrolado de agroquímicos. El record de la soja que se observa en Gualeguaychú, es también un récord en la utilización de agrotóxicos, porque la soja es agroquímica-dependiente.”

Hernández manifestó que “se está haciendo mucho dinero con la soja, pero hay una gran desidia y olvido de lo que pasa alrededor con la contaminación. La sojización es un gran beneficio para algunos grupos, avanza cada vez más, y es un futuro negro para nuestro país”, sostuvo.

El veterinario opinó que “nadie tiene derecho a diezmar la tierra“, refiriéndose al abuso de la producción de la soja, y expresó que “es pavorosa esta cuestión“, asegurando que “en Gualeguaychú hay lugares en donde se acumulan estas sustancias tan peligrosas, que parecen una bomba de tiempo“.

Hernández es propietario de la Veterinaria Avenida, ubicada en Primera Junta entre Urquiza y Luis N. Palma, en la célebre “avenida de las palmeras” de Gualeguaychú. En la puerta del negocio, una camioneta que lleva en sus puertas el logotipo de la veterinaria, tiene en el vidrio trasero un cartel: “Sí al campo”.

¿A cuál? ¿El monoproductor de soja?

El errático comportamiento de una asamblea ambiental capaz de apoyar el destrucción del medio ambiente sólo por solidaridad vecinal, hace pensar que el proceso de desmanicomialización avanza mucho más rápido de lo previsto.

El caso es que resulta odioso ver la paja en el ojo uruguayo y no la viga en el propio (a Botnia le llevará unos cuantos años arrimarse a la destrucción ambiental provocada por los agroquímicos).

“El record de la soja que se observa en Gualeguaychú, es también un record en la utilización de agrotóxicos, porque la soja es agroquímica-dependiente.”La asombrosa voltereta de la asamblea ambiental, sumada al protagonismo que dirigentes de la Federación Agraria, como De Ángeli y Ferrari, han tenido tanto en la protesta contra la forestación abusiva en la República Oriental del Uruguay como en la defensa del monocultivo sojero, ha sido el puntapié inicial de la deslegitimación del reclamo ambientalista. Una lástima. Y una prueba de que hay muchos charlatanes metidos en estos conflictos, muchos irresponsables capaces de hacer y decir cualquier cosa con tal de estar en las pantallas de TV y las primeras planas de los periódicos

El caso es que en vez de exigir no un mayor aumento a la retención a la soja sino directamente la prohibición de las variedades transgénicas, se propicia la desertificación de las tierras y la contaminación de los niños entrerrianos para dar de comer a los chanchos de China.

Tanta incoherencia, tarde o temprano, se paga muy caro.

martes, 1 de julio de 2008

Reportaje al pruductor agropecuario Carlos Armando. De esta crisis saldremos fortalecidos



Soy Carlos Armando, soy un productor sojero de San Francisco, provincia de Córdoba. Estamos en el límite entre Santa Fe y Córdoba. Estamos afuera de la pampa húmeda, pero en el límite de una zona productiva. Es una buena zona. Era una zona tambera que con la sojización, se transformó en una zona netamente agrícola. Desaparecieron los tambos, en la década de los 90, por la crisis. Después se hizo una zona agrícola por el precio de la soja.

¿Vos sos chacarero de familia?

Sí, yo vengo de tres generaciones de productores agropecuarios. Mi abuelo fue Presidente de la Sociedad Rural, mi padre también fue miembro y yo no participo de ninguna organización ni tengo ninguna militancia política. Simplemente ví absurdo este paro y salí a decirlo por los medios.

Porque a mí no me gustó la forma de protesta. Aparte, considero que se podía solicitarle al Gobierno de otra manera. Si bien afectó al bolsillo, creo que no era para tanto. Nunca estuve de acuerdo con los cortes de ruta, me parecieron muy violentos, muy agresivos. Una falta de respeto. Más, en un modelo que considero que está bien. Crecimos mucho estos años, fuimos muy beneficiados. Entonces, ser desagradecidos, hacer tal revolución, porque fue prácticamente una revolución, hasta un intento de desestabilizar al gobierno.

Un golpe de Estado, entre comillas. No fue tan así, pero se paralizó el país tres meses. Las consecuencias van a seguir, porque esto va a traer graves consecuencias. Se perdieron divisas, dinero. Y yo creo que se podría haber hecho una protesta de un modo más pacífico. Consensuar con el gobierno, que nos hubiese escuchado. Y las retenciones no son tan malas, si las ves desde un punto de vista. Porque parar un poco la pelota con la soja y dar lugar a otras actividades como la lechería, la ganadería, el maíz y el trigo, creo que es beneficioso. Porque, suponte que algún día los chinos dejan de comprar soja, o el commodity de la soja -donde hay mucha especulación- baja, ¿qué hacemos en la Argentina? Nos quedamos sin leche, carne ni maíz. Nos quedamos con un desierto. Entonces, si bien yo soy productor sojero, mi bolsillo se ve afectado también, pero puedo seguir trabajando…

Porque no nos quedamos sin rentabilidad. Yo te aseguro, y por eso invité hasta a De Angeli a un debate, pero un debate constructivo, para que pensemos en el país, en un modelo de país para nuestros hijos y nuestros nietos. No para el momento coyuntural que vivimos, que estamos ganando plata con la soja. Total, no nos vamos a fundir, vamos a seguir trabajando, a seguir viviendo. ¿A qué le tienen miedo? Porque reconocen que estamos plata, que con estas retenciones vamos a seguir ganando plata. Justamente, lo que tenemos que construir es un futuro mejor. Y yo creo que este modelo apunta a eso. Por lo menos esa es mi convicción.

Evidentemente acá empezó como una protesta y después apareció un problema histórico de país. El modelo de país que venimos peleando. Venimos hablando del golpe del 30, del 55, del 76. Y siempre está detrás el modelo agroexportador o el modelo industrial, como si no pudiéramos conciliar las partes. ¿Por qué la gente del campo piensa que tenemos que…?

No, así eso no te lo acepto. No es la gente del campo. Es un grupo. La gente del campo es buena, es trabajadora. Acá es un grupo que informó mal a la gente del campo, que la dirigió mal. Yo te aseguro que no podés decir “la gente del campo” a Miguens y a Buzzi juntos. Esa no es gente de campo, no son organizaciones representativas. Hoy ya fueron. Esa no es una organización moderna. Aparte no tienen ni siquiera asociados. En San Francisco no hay ni sede de la Sociedad Rural ni de la Federación Agraria. Como dice Borges, no los juntó el amor, sino el espanto. Los juntaron otras intenciones que no sabemos cuáles son. Por eso, coincido con vos que hay algún otro interés. Y, justamente, al que estoy en contra. ¿Cómo no va convivir la industria y el campo? ¿Cómo no va a convivir que todo el mundo tenga comida? Si somos capaces de darle de comer a 300, 400, 500 millones de habitantes, y no vamos a comer 40. Tranquilamente. Y el resto, lo importamos, entran divisas, creamos fábricas. Hay para todo. Yo creo que la Argentina hoy está posicionada en el mundo como un país con un potencial enorme, como toda América Latina. Entonces ¿por qué no convivimos todos? Y bien. Por eso yo me opuse a esta forma de protesta.

¿Estás solo o hay otra gente que piensa como vos?

No, hay mucha gente que piensa como yo. Hay mucha gente que se va despertando un poco. Primero, yo te digo que esta gente los orientó mal, de una forma violenta. Aparte, la gente de campo nunca hizo nada, así que lo vivió como una aventura, te diría. Después empezaron a recapacitar. Hoy lo están pensando distinto.

Yo estuve en Córdoba la semana pasada y los pueblos quedaron devastados.

Sí, devastados. Aparte, es como una psicosis de masa. Se produjo algo insólito. Desabastecidos, no tenemos combustible. Nos íbamos a terminar peleando hasta entre nosotros, porque los productores que queríamos trabajar, que éramos muchos… Imaginate si tenemos un problema climático, ahora que no llueve, pero si llovía y no teníamos gas oil, por culpa de los piqueteros, íbamos a salir los otros productores a sacarlos de a patadas de las rutas para que nos dejen trabajar.

¿Cómo lo ves? ¿Qué presentimiento tenés? Porque estamos en el momento más duro, todo el mundo tira bombas.

Yo creo que se va a solucionar, porque me parece que el Gobierno tiene buenas intenciones. Yo confío. De mi parte. Que va a ayudar a los pequeños y medianos productores, le pondrá un freno a los pooles de siembra. Y con los pequeños y medianos productores a favor, que somos la mayoría, los demás se las tendrán que comer.

Pero además apareció realmente el fenómeno de discutir una política agropecuaria nacional, que no estaba en la agenda. Eso apareció en base a este conflicto.

Exactamente, eso es imprescindible. Y bueno, como de las crisis salen las oportunidades, como dicen los chinos, yo creo que de esta crisis vamos a salir fortalecidos.

El campo o la democracia del apriete




Por Alfredo Zaiat -
Convicciones

Durante 101 días se desarrolló el lockout más violento de la historia argentina, extendido en una y otra ocasión con excusas que compiten en su profundidad con la portada de Billiken. No debería sorprender que después de unas semanas de despachar granos a la exportación, para de esa forma obtener recursos, las cuatro entidades que representan al sector del campo privilegiado por el boom sojero expongan una nueva excusa para volver a cortar rutas. Después de esta experiencia, con el ejercicio de desabastecer a los centros urbanos como presión, saben que cuentan con una poderosa arma de extorsión.

Resultó reveladora la angustia de Mario Llambías, titular de CRA, por la suerte de las ovejas del sur por las cenizas del Chaltén, mientras ratificaba la continuación de los cortes de rutas que terminaban disparando los precios de la canasta de bienes básicos de los hogares. También fue conmovedora la expresión de vocación democrática de su segundo, Ricardo Buryaile, que dijo que el Congreso debería ser disuelto si ratifica las retenciones, con disculpas posteriores que lo condenan.

Ante tanta exteriorización de sensibilidad de bolsillo colmado, en situaciones de tanta tensión y confusión provocada, resultan una buena guía las enseñanzas del profesor Salvador Treber, miembro del Plan Fénix y uno de los más respetados tributaristas del país. Escribió una reciente columna de opinión en La Voz del Interior (“Será que la memoria nos traiciona”) destacando que “el Gobierno ha cometido serios yerros, verdaderos delitos de torpeza y soberbia, aunque sólo aportando ideas y vías de solución alternativas podremos contribuir a recuperar la buena senda y la paz social”.

Y en referencia a un sector de la clase media y a dirigentes del agro que se dicen progresistas, afirma que “parece que muchos protagonistas (...) inexplicablemente hoy respaldan a quienes antes los repudiaron. En vez de pensar en el país, se dejan llevar por impulsos de confrontación; olvidan experiencias en que fueron usados y luego desplazados sin ninguna consideración”.

Los niveles de violencia física y de apriete a quien opina diferente en los pueblos del interior y en las rutas por parte de ciertos piqueteros rurales, acciones que ha sido ocultadas a lo largo de todo el conflicto, han provocado una corriente de miedo en la zona liberada por los sojeros. En estos meses varios fueron los mails que llegaron a la dirección publicada al final de esta columna reflejando el temor que existía de productores y habitantes de pueblos del interior a oponerse a los cortes.

También han aportado explicaciones reveladoras de comportamientos de los agentes económicos en conflicto: por ejemplo, la sorprendente pareja que se formó de productores y dueños de camiones para cortar rutas. Uno de esos mails explica ese matrimonio con un pedido expreso de anonimato del lector nacido a no más de 100 kilómetros de Rosario: “te voy a pasar todos mis datos pero al mismo tiempo te pido que si escribís algo de esto no pongas mi apellido en ningún lado porque me van a querer cagar a trompadas por estos lares”.

El siguiente relato aportado en ese mensaje electrónico puede ayudar a algunos desorientados que todavía piensan que la Familia Ingalls está en rebelión:

“En la zona, por el alquiler de los campos se están pagando de 12 a 17 quintales (qq) de soja por hectárea/año. Si un agricultor (dueño del campo) cobra la cantidad que te digo es porque otro agricultor (allí no hay pools de siembra, lo alquilan vecinos) saca mucho más, de lo contrario no tiene ningún sentido el pago adelantado de esos quintales. Veamos un ejemplo: tienen 50 hectáreas, las alquilan a 15 qq/ha/año. 15x50 = 750 qq/año. 750 qq x $100/q = $75.000/año. $75.000 dividido 12 meses = $6250 cada treinta días. Y tienen un capital de 15.000 dólares por cada una de las 50 hectáreas (750 mil dólares).

Esto si le alquila el campo al vecino y se sienta a tomar mate bajo el ombú. Hacé vos la cuenta de lo que gana quien arrienda el campo. Con la guita que les sobra (sí, que les sobra) a los ‘chacareros’, como le gusta llamarlos Sociedad Rural Buzzi, comenzaron hace ya unos años a comprar camiones para llevarse su propia cosecha y lograron meter algunos de esos camiones en los acopios de la zona, es decir que vuelcan el sobrante de tal forma que terminan cagando al tipo que vive de su camioncito.

Por lo tanto, están de los dos lados del mostrador, así que se encontraron más de una vez cortando la ruta con sus tractores y cosechadoras y a la vez con sus camiones. Es obvio que no son la mayoría los que compraron camiones, pero hay muchos. Otros son los que inflaron la burbuja inmobiliaria en Rosario y que hicieron que un laburante no pueda ni comprar ni alquilar por los valores que los muchachos pagan en la gran ciudad”.

Los legisladores que en estos días recibirán la visita de dirigentes del sector agropecuario preocupados por las alícuotas de las retenciones tendrán la posibilidad de comparar los ingresos mensuales de los productores, como el de ese propietario-arrendador de apenas 50 hectáreas calculado en ese mail, con otras variables sociolaborales relevantes, como la pirámide salarial de los trabajadores o el sueldo promedio de los empleados en negro.

Después de esa sencilla comparación, si tienen convicciones firmes para definir cuál debe ser la prioridad en la intervención del Estado y del destino de recursos públicos y, a la vez, pueden superar la presión social del escrache rural, les será más fácil en el momento de la votación resistirse a la opción por los privilegiados.

"En Argentina es la ultra derecha que está resurgiendo..."




Entrevista a James Petras

“En Argentina es la ultra derecha que está resurgiendo, y los marxistas, los trostkistas, no reconocen que son aquellos los que van a cosechar todas las consecuencias del paro".

Pregunta: En la Argentina uno se pregunta, ¿qué intereses están de un lado y del otro en este conflicto donde los sectores del campo amenazan prolongar 100 días más esta protesta?

Petras: Yo creo que hay una dinámica en Argentina que mucha gente no ha comprendido. Creo en el comienzo el conflicto era un conflicto reivindicativo para bajar las tarifas en las exportaciones del sector agro, pero con el tiempo y el éxito que han tenido los agro exportadores, particularmente, movilizando los pequeños y medianos agricultores y con el avance de los paros y la incapacidad del gobierno de resolver el problema ni por una intervención fuerte o a partir de concesiones.

Yo creo que los que dirigen este paro es la derecha económica y los pequeños agricultores combativos son las fuerzas de choque, en cualquier caso ellos no van a dictar las condiciones para un arreglo, mucho menos se van a beneficiar de las consecuencias. Pero más allá, en el último tiempo, la derecha política se ha ido involucrando particularmente movilizando la clase media en la ciudad de Buenos Aires, Rosario y el interior; y han tomado últimamente una fisonomía política para debilitar desprestigiar al gobierno.

Y como el gobierno no tiene una política de parar o movilizar contra los partidos, han quedado con declaraciones unos momentos duros y otros con discursos conciliadores y esta vacilación ha estimulado a la derecha política ahora con cacerolazos en Buenos Aires y van mas allá ahora de la lucha reivindicativa.

Yo creo que atrás del paro de agro exportadores está la derecha política y la ultra derecha que está, no simplemente tratando de desprestigiar al gobierno, sino desplazarlo, forzarlo a una crisis económica de desabastecimiento. Buscan provocar una crisis tanto en las cuentas externas como en la inflación interna, por la falta de mercancía y la falta de control sobre los caminos y transporte.

Eso me hace pensar que ha entrado en este cuadro algo que hace tres meses no pensaba, que son los grupos golpistas que están metidos en este proceso, que no sólo quieren cambiar la política económica sino que quieren cambiar el régimen mismo. En ese sentido creo que las alternativas que enfrenta el gobierno son dos. Uno, una capitulación que creo que es lo más probable.

Aceptar concesiones económicas y sufrir la pérdida de carácter, el desprestigio por su política. La otra alternativa, que no está sobre la mesa, es intervenir en las grandes unidades de producción agro exportador. Amenazar con tomarlos y desplazar los oligarcas y reorganizar la organización de producción. Y eso es una manera de combatir las exigencias exageradas del campo.

Pero para eso necesitas un gobierno mucho más a la izquierda, un gobierno capaz de poner frente a la ciudadanía, frente a los sindicatos, a los obreros, a los pobres, un programa alternativo diciendo que “si el capitalismo no está dispuesto a producir nosotros tomamos estas unidades y ponerlos a trabajar bajo el control del Estado con la colaboración de los obreros, trabajadores y jornaleros del campo”. Pero ni se considera eso, ni siquiera la izquierda argentina ha discutido esta alternativa.

Entonces yo creo que en el territorio de lo probable, estos paros van a seguir hasta doblegar el gobierno. El gobierno no tiene otra alternativa que negociar con los capitalistas que dirigen el paro y dentro de la izquierda típicamente argentina, la izquierda radical ha tomado partido con el sector agrícola, supuestamente en solidaridad con los pequeños agricultores. Pero el hecho es que los pequeños agricultores están en solidaridad con los grandes agro exportadores, incluso son mas combativos como fuerza de choque y como en otros países, la pequeña burguesía lo ha notado y la gran burguesía está simplemente esperando, provocando para tomar el poder en esta coyuntura.

Yo no creo que la pequeña agricultura tenga una señal de considerar alguna alianza con la izquierda, mucho menos con los obreros y sindicatos. En este caso, uno tiene que rechazar cualquier esfuerzo de diferenciar entre el pequeño y el gran agricultor, porque ya están hegemonizados, forman un block político, y están en una trayectoria de confrontación y buscan derrocar al gobierno.

En este sentido creo que la lucha ahora es entre el centro izquierda institucionalizado y paralizado, pero dentro de los matices de un sistema burgués democrático; y afuera la ultra derecha encabezada por los agro exportadores que están acumulando fuerzas rápidamente y eso es lo más importante mientras el gobierno está paralizado, la izquierda no muestra ninguna señal de presentar alternativa.

Es la ultra derecha que está resurgiendo, los marxistas, los trostkistas no reconocen que como consecuencia de este paro, ellos no se van a beneficiar, sino que es la ultra derecha la que va a cosechar todas las consecuencias de eso.

En esta situación creo que uno tiene que poner toda la fuerza contra el paro de patrones, movilizar todas las fuerzas disponibles sufriendo desabastecimiento, la inflación y en ningún caso dar apoyo al gobierno de Kirchner, pero sí defender las instituciones y leyes democráticas, contra estos resurgentes golpistas.

(Fuente: Vientos del Sur) Nota abreviada

El odio de estos días




Por José Pablo Feinmann

Uno de los mails que recibí durante estos días me pareció no sólo doloroso, sino revelador de un estado de espíritu que atraviesa la derechizada sociedad argentina de estos días.

Esta derechización no tiene nada de extraño pues el mundo ha girado a la derecha y en los países ricos surgen el fascismo, el neonazismo, la violencia contra el diferente, la incapacidad del diálogo, el desprecio de la democracia.

Estuve –por cuestiones literarias– unos quince días en Europa y la xenofobia, el racismo y la violencia que conllevan son moneda de todos los días. Todos piden que se expulse a los inmigrantes, que no se los deje entrar. Se levantan muros legales o muros reales, como el que levanta Bush contra los mexicanos.

El mundo está entre la derecha occidental y el irracionalismo extremo del islamismo. Entre tanto, habían surgido algunos gobiernos tenuemente populistas en América latina, a los que se toleró durante un breve tiempo y sobre los cuales las embestidas son cada vez más feroces. Se trataría de quebrar algunas opciones de esos gobiernos: reemplazar el Mercosur por el ALCA, abjurar de todo gesto de intervencionismo estatal, eliminar cualquier intento de redistribución de la riqueza, concentrar definitivamente los medios de comunicación en el sistema comunicacional que establece hegemónicamente Estados Unidos (con matices, pero sin diferencias notables), desterrar todo lo que apeste a populismo. Si esto se hará democráticamente o no es difícil decirlo.

A Chávez, entre la oposición política, los medios de comunicación y el apoyo de Estados Unidos, estuvieron por voltearlo. Lo que se nota en la Argentina es un factor que acaso (porque así es este país) se manifieste con más potencia que en cualquier otra parte: el odio. Sencilla, simplemente, poderosamente el odio. Si alguien pudo pintar: “Cristina vas a morir como Evita”, todo es posible. Si a Cristina se le endilgan insultos del calibre más bajo, más obsceno y si, para peor, son las mujeres las que principalmente lo hacen, uno se pregunta: ¿qué pasa?

Supongamos que el gobierno de Cristina Fernández no le cae bien a un sector de la población, pero: ¿es para tanto? ¿Es para injuriarlo más que a Menem, que a De la Rúa? Sabiendo (y aceptando en alguna medida) que a otros gobiernos, sobre todo al militar, no se les dijo nada de esto.

Tomo un ejemplo. El cantante Ignacio Copani escribió una canción. Yo no conozco a Copani. Pero ése no es un problema de él, acaso sea un problema mío. Escucho música clásica desde joven y no he logrado moverme de ahí. Hay quienes intentan hacerme “entrar” en el rock, pero no lo logran. Lo siento. La cuestión es que Copani compuso una canción que lleva un título traslúcido.

Se llama: “Cacerola de teflón”. Debe tratarse de una crítica al sector social pro-agrario que se manifiesta en las calles con los utensilios que tiene en su cocina según su pertenencia en la escala social. Las cacerolas que tiene son de teflón. Copani canta su letra.

Dice lo que tiene que decir y ahí empieza la invasión mediática. El “foro”, en Internet, tiene un anonimato que facilita la agresión y hasta el insulto más soez. Facilita la expresión del odio. De este modo, Copani dice que, a raíz de su canción, recibió algunos mensajes afectuosos. Pero: “Pero he recibido también otro tipo de contactos llenos de reproches, cargados de odio, regados de violencia, intolerancia, agresión y con un espíritu inquisidor que no creí que anidara todavía en gente de mi comunidad.

He sido amenazado, agraviado, insultado, difamado, calumniado y, peor aún, han sufrido ese tipo de atropello miembros de mi familia. No me refiero a los impunes foros de Internet sino a e-mails, cartas y llamados recibidos”. ¿Qué pasa? ¿Dónde estamos viviendo? ¿Esta es la ciudad de Buenos Aires? ¿Esta es la capital cultural de América latina? ¿De dónde salió esta tropa de asalto, organizada, feroz, violenta al extremo de estar a las puertas de la agresión física?

Sigue Copani: “Aquellos que piensan que la Sra. Presidenta de mi país me paga por verso, recital u opinión, simplemente están expresando su propia escala de valores y asumiendo que ellos mismos podrían torcer sus convicciones a un precio determinado. Yo no”. Este es otro toque infaltable de este periodismo del odio. Afirma: todo aquel que se manifieste a favor de este gobierno lo hace por interés. En cambio, si “el campo” llena la Plaza ahí está la patria, la tierra, los valores centenarios, la clase rural que hizo la grandeza de la patria.

Si la llena el Gobierno son todos gronchos traídos en los camiones de Moyano, o bandoleros de D’Elía, o desdichados que están ahí por un choripán. Y esto lo dicen periodistas con una trayectoria. Que de pronto se han erizado también de odio. Algunos de ellos cambiarán milagrosamente no bien el Gobierno arregle con sus patrones, con los grupos económicos para los que trabajan. La conversión ideológica del periodismo en los últimos tiempos ha sido vertiginosa. Incluso conozco mucha gente que lo detecta. “¿Viste? Fulano ahora ya no está en contra de Cristina”. “Y claro: si la empresa para la que labura arregló con el Gobierno.”

Hay, sin embargo, un ingrediente genuino en este periodismo que acaso ni puedan variar, aunque el grupo mediático para el que trabajan les dé la contraorden: su antiperonismo. El odio gorila pocas veces penetró tanto en nuestra sociedad. Y peor aún: el odio a la generación del ’70. Lo peor que se le puede decir a alguien es setentista. Y al matrimonio presidencial se les dice sin más “la pareja montonera”, cuando jamás estuvieron en esa organización y no se ha discutido aún con claridad los dislates o no que ha cometido en nuestro país.

Dice, en fin, Copani: “Nunca discuto una crítica, sea como sea y venga de quien venga. Pero en este caso no recibí opiniones sobre la conformación estética del tema, de su métrica, de sus rimas, de sus sonidos, de la destreza para ejecutarla, sino una violenta y censuradora mirada hacia el contenido de mis ideas y mi conducta, bien típico de tiempos de inquisición y dictaduras”.

Voy a citar ahora otro mail. Es de Hernán Nemi, que tiene 36 años, es profesor de Literatura en la Universidad de Morón, da clases en varios colegios secundarios y tiene un par de obras escritas para Teatro por la Identidad. (Esto lo torna muy sospechoso para la Argentina del odio y sus voceros comunicacionales. Porque la cosa también tiene este costado de destrucción fundamental: “¡Basta con esa cuestión de los derechos humanos! ¡Basta de juzgar a militares! ¡Basta de exhibir a Hebe de Bonafini en cada acto! ¡Ni a la Carlotto nos bancamos ya! ¡Eso terminó, es el pasado, hay que archivarlo!” O si no: “¡Hay que juzgar a los guerrilleros! ¿O no quedó alguno vivo?”.)

Suscribo todo lo que dice Nemi, de modo que citarlo es hablar y decir por su medio, que es impecable, y exhibe una prosa inusual: “Se critica a Cristina por autoritaria: ¿qué otro presidente hubiera soportado cien días con rutas cortadas, desabastecimiento y amenazas constantes sin disparar un solo tiro ni reprimir en ninguno de los cientos de cortes de caminos que hubo? Entre el 19 y 20 de diciembre de 2001 murieron 31 personas en la represión del gobierno de De la Rúa a las manifestaciones populares.

El matrimonio ‘montonero’ tuvo la actitud más tolerante y democrática frente a las protestas de la ciudadanía que se recuerde en toda la historia argentina”. Aquí sólo podríamos pulir la frase “toda la historia argentina”. Hubo otros gobiernos con tolerancia de democrática. Es cierto que, en este caso, el llamado “campo” ha paralizado el país y su abastecimiento. Se trata, sin más, de un acto de subversión absoluto que deteriora por completo el funcionamiento del país. Y a los piqueteros se los quería colgar por cortar una calle.

Sigue Hernán Nemi: “¿Es éticamente correcto que la clase media y alta de Buenos Aires salgan a golpear cacerolas por las retenciones del campo cuando jamás las golpearon por las flacas jubilaciones que cobran nuestros viejos ni por los chicos que tienen hambre, ni por los sueldos docentes, ni por la carpa docente, ni por la privatización vergonzosa de nuestras empresas en los ’90?”. Y también: “¿Tiene autoridad moral la Sociedad Rural de pedir más institucionalidad cuando apoyó a cuanto gobierno de facto hubo en la Argentina? ¿Este campo hoy indignado es el mismo que aplaudió a Menem a lo largo de la década del 90? Sí, es el mismo”.

Es siempre el mismo, Hernán: es el que recibió con atronadores aplausos a Juan Carlos Onganía cuando el dictador entró en el predio de la Sociedad Rural... ¡en carroza! El que abucheó a Alfonsín. El que respaldó a la patria financiera en el golpe de mercado. El que apoyó a Videla y negoció con Menem. Hoy, en esta Argentina del odio, es la clase heroica que representa los intereses de la patria. ¡Y con los periodistas progres a sus pies!

Y, por fin, escribe Hernán: “Quienes piensan –legítimamente– que los ruralistas tienen razón, ¿por qué lo expresan a través de mails o comentarios tan agresivos, tan cargados de odio, tan faltos de argumentos racionales?, ¿qué nos pasa a los argentinos (y argentinas) que nos cuesta tanto bancarnos a una mujer como presidenta? Muchos de los adjetivos de esos mails –muchos de ellos enviados por mujeres– muestran el peor machismo: se la llama a Cristina ‘puta’, ‘conchuda’, ‘turra’, ‘tilinga’... Y al mismo tiempo, los argumentos brillan por su ausencia”.

Es así, Hernán: pero eso de bancarse a una mujer como presidenta no nos pasa “a los argentinos”, sino a ciertos argentinos. Y si hiciera otra política le tirarían flores. No es que no se bancan a una mujer, no se bancan una política. El poder, en este país, es pragmático. Si hacés lo que yo te digo, lo que yo necesito, lo que llena mis arcas, estoy con vos y sos hermoso. No lo olviden: si el establishment argentino se bancó a Menem, se puede bancar a Drácula. Al sólo costo de que Drácula haga lo que ellos quieren.