martes, 23 de septiembre de 2008

Hugo Yasky pone límites al armado electoral



“Buzzi no puede ser un aliado político”

El secretario general de la CTA advierte que “crujiría” la Central si se suma el titular de la Federación Agraria a la Constituyente Social del espacio. Víctor De Gennaro y Claudio Lozano quieren sumar al ruralista.

Diferencias. La posición de Yasky frente al gobierno nacional marca un punto de quiebre con el sector que lidera De Gennaro en la discusión hacia 2009.

Habla Hugo Yasky, el jefe de la CTA: define conceptos y coyuntura; regala una ironía suelta y hasta se ríe. Habla y, sin falta, vuelve a la base ideológica que lo define, lo recorta y lo ubica en el turbulento collage de la política nacional: “Hay vida más allá de los K, pero tampoco le asfaltaremos el camino a la derecha”, anuncia. Ése es el lugar en el que está parado Yasky y los que piensan como él, algunos desde adentro de la CTA, otros no. Sucede que en la Central “aunque no hay fractura, conviven diferencias profundas y el conflicto del campo las acentuó”, admite.

El 24 y 25 de octubre la CTA tendrá su Constituyente Social en Jujuy, donde puede surgir un armado político y social amplio que devenga electoral en 2009. A Yasky lo entusiasma reproducir un “PT, como el brasileño”, a la argentina. Pero la posible presencia del presidente de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, es un punto de discordia. “Si él va, muchos compañeros no iremos”, anticipa Yasky.

–¿La CTA debe impulsar un movimiento político que participe electoralmente?

–Es el momento de trascender los límites sindicales y construir una red de organizaciones populares, barriales, sindicales, indígenas, juveniles. Dentro de esa construcción, algunos apuntan a una etapa electoralista y otros no.

–¿Y usted qué piensa, a menos de un año de las parlamentarias?

–Creo que los trabajadores necesitamos construir una herramienta electoral que nos permita profundizar la redistribución de la riqueza.

–¿Puede surgir esa herramienta del encuentro en Jujuy?

–Sí, ojalá.

–¿Lo incomoda la posible participación de Eduardo Buzzi?

–Para eso, que también vaya Luciano Miguens (sonríe con ironía). No creo que Buzzi vaya. Él mismo sabe que no debe. Si en vez de Jujuy fuera en la Rural, con una custodia pesada, podría ser. Pero no lo veo.

–¿Y si va?

–Crujiría la CTA en la Constituyente, cosa que no le convendría a nadie. Sería un juego de suma cero. Si va, muchos compañeros, que tenemos muchas ganas de estar, no iríamos.


–¿Qué cosas lo separan de Buzzi y la Federación Agraria?

–Hay diferencias estructurales. No es que me cae bien o mal, es una incompatibilidad física que no se salva con voluntarismo.

–¿En qué sentido?

–Después del boom sojero, Federación Agraria dejó de representar a la pequeña y castigada pequeña burguesía del campo. Tomó otra dimensión en términos económicos y su alianza con la CTA ya no le resulta conveniente. Es más funcional a sus intereses juntarse con la Mesa de Enlace.

–¿Entonces, perdieron a la Federación como posible aliado político?

–A Buzzi y la Federación, sí. Articular con ellos implicaría un brutal choque de clases. Pero aún hay sectores del agro no representados por la Rural o la Federación, aliados naturales del movimiento obrero.

Pero hay dirigentes de la CTA, como Víctor De Gennaro, que siguen reivindicando su alianza con Buzzi.

Sí, a veces percibo una obstinación intelectual en Víctor. Similar a la de esas mujeres que se casan con un jugador compulsivo pensando que, con puro amor, lo redimirán. Pero no se puede. El viejo amor del FreNaPo (Frente Nacional contra Pobreza) ya pasó, es una anécdota. Es una actitud que tiene mucho de omnipotencia.

–¿Las protestas rurales de los pueblos no fueron parte del movimiento popular?

–En absoluto. Eso es algo que dijo Víctor, y que me parece una locura. Con esa lógica, las marchas de Blumberg o las opositoras a Evo Morales, también serían movilizaciones populares. Ridículo.

–¿Y cómo caracteriza a la izquierda que acompañó el reclamo agrario, como el PCR o el MST de Vilma Ripoll?

–Es la izquierda que no entiende el proceso que vive Latinoamérica. Son sectores dogmáticos que perdieron el rumbo. Algo así pasa en Bolivia, donde la izquierda critica a Evo con banderas de la derecha.

–¿Con qué actores políticos apunta a construir un frente electoral? Se mencionó al intendente de Morón, Martín Sabbatella.

–Sabbatella es el referente que innegablemente tiene que estar en el armado de la CTA. En 2009 la batalla clave se dará en la provincia de Buenos Aires y él debe ser la principal figura del espacio que tenga a la central como elemento articulador.

–¿Y a De Gennaro lo ve como candidato?

–Claro, es un histórico, innegable y transparente referente del movimiento obrero. Su candidatura debería interpretar el momento que atraviesa Latinoamérica.

–¿Qué consignas tendría ese armado político?

–Sostener las banderas de la autonomía, del antiimperialismo, de mayor democracia y de profundizar la redistribución de la riqueza.

–¿Y cómo se pararía respecto al kirchnerismo?

–No aceptamos el techo que nos impone el oficialismo. Valoramos nuestra autonomía. Pero hay puntos alcanzados a los que no queremos renunciar. Porque, ojo, la derecha cuestiona las cosas buenas de este Gobierno, no las malas.

Fuente: Crítica Digital

jueves, 4 de septiembre de 2008


Yasky: "La media sanción al proyecto de movilidad jubilatoria es un avance"





El titular de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), Hugo Yasky, dijo hoy que la media sanción otorgada esta madrugada al proyecto de ley de movilidad jubilatoria por la Cámara de Diputados representa un "avance" aunque consideró que la iniciativa es "perfectible".


"Respecto de lo que existía antes, que era el otorgamiento de aumentos por decretos, es indudablemente un avance, un paso adelante, pero es mucho más perfectible; la ley no es la panacea", dijo Yasky en declaraciones a Télam.

En ese sentido, remarcó que "la incorporación del RIPTE como parte de la formula significa un progreso respecto de la propuesta original, aunque para la CTA hubiese sido la aspiración de máxima que la fórmula en su totalidad dependiera exclusivamente de la movilidad de los salarios de los trabajadores activos".

Según se acordó en una reunión que tuvieron ayer por la tarde en Olivos la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el titular de la CGT, Hugo Moyano, y Yasky, la fórmula se definirá entre el índice del INDEC o bien del RIPTE (Remuneración Imponible de los Trabajadores Estables) -aplicando aquel que más beneficie a los jubilados- y la recaudación previsional.

En tanto, Yasky dijo que desde la CTA consideran que "una vez que se haya sancionado la ley en el Senado, es imprescindible que el gobierno decrete por última vez una recomposición de las jubilaciones para partir de un piso más alto que haga que la movilidad que se establece por ley genere efectos de recomposición en el corto plazo".

La CTA impulsaba que el tema de la recomposición estuviera presente en el proyecto de movilidad. "Pero que no haya sido aprobado, no obsta para que exijamos al gobierno nacional un acto de justicia con los jubilados que demuestre que hay volunta política", concluyó.

La movilidad jubilatoria fue aprobada en Diputados por 140 votos

El oficialismo, con algunos de sus habituales aliados consiguió 140 votos afirmativos para aprobar esta madrugada en la Cámara de Diputados el proyecto de movilidad jubilatoria, que reestablece los aumentos en los haberes previsionales en forma semestral y que busca vincular al índice salarial la actualización de ese sistema.


Tras la modificación a la fórmula para calcular la movilidad, el oficialismo logró que habituales aliados como Encuentro Popular, de Ariel Basteiro; el Frente Cívico de Santiago, y el Frente de Todos de Corrientes se encolumnarán detrás del proyecto.

Pasadas las 3.30, se sometió a votación la iniciativa que tuvo 78 votos en contra, oposición encabezada la UCR, la Coalición Cívica, el Socialismo, el SI y el PRO, que habían presentado un dictamen de minoría

La principal modificación fue la fórmula para calcular la movilidad

El proyecto de movilidad jubilatoria establece que la fórmula para lograr el beneficio se calculará tomando como variables el Indice General de Salarios del Indec o bien el RIPTE (Remuneración Imponible de los Trabajadores Estables) -aplicando aquel que más beneficie a los jubilados- y la recaudación previsional de la Anses.


Esta fue la modificación sustancial que se acordó tras una reunión que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner mantuvo ayer por la tarde con los titulares de la CGT, Hugo Moyano, y de la CTA, Hugo Yasky, previo al debate en la Cámara en Diputados.

En su debate en comisión, el oficialismo aceptó dejar afuera del proyecto de movilidad a los docentes y científicos jubilados, a quiénes se aplica un régimen diferente de actualización de haberes.

También, el texto hace referencia a que la aplicación del índice "en ningún caso" podrá producir la disminución del haber que perciben los jubilados, tal como lo resaltaron varios diputados del oficialismo que recordaron el recorte impulsado por la Alianza del 13 por ciento en los haberes.

Asimismo, el proyecto establece que la movilidad se aplicará a partir del 1 de marzo de 2009 y será semestral aunque fuentes parlamentarias no descartan la posibilidad de que el Poder Ejecutivo pueda impulsar un incremento de los haberes antes de fin de año.

LA CTA Y LA CGT VISITARON OLIVOS




De la tensión al idilio


Por Martín Piqué

La reunión en Olivos comenzó con caras de pocos amigos y evidente tensión. El secretario general de la CTA, Hugo Yasky, había empezado el día con una conferencia de prensa muy crítica hacia el proyecto oficial de movilidad jubilatoria. En ese primer contacto ante las cámaras, Yasky había cuestionado el parámetro que impulsaba el Gobierno para fijar los haberes jubilatorios: un mix entre el promedio salarial del Indec y los niveles de recaudación de la Anses. La CTA, en una posición unificada con la CGT, proponía, en cambio, que la movilidad se fijara a partir del salario promedio de los trabajadores en blanco. Por eso, cuando Yasky recibió un llamado en su celular y escuchó que la Presidenta lo convocaba a la quinta presidencial, se preparó para un momento difícil. El teléfono había sonado a las 14, dos horas más tarde Yasky llegaba a Olivos. En la puerta se encontró con el secretario general de la CGT, Hugo Moyano; el jefe de Gabinete, Sergio Massa, y el titular de la Anses, Amado Boudou. Yasky pensó que el Gobierno intentaba una gestión de último momento para que la CTA y la CGT cambiaran su posición. La sorpresa fue mayúscula apenas comenzó a hablar la Presidenta. “Al Gobierno le interesa mucho la opinión de ambas centrales sindicales, por eso he instruido al jefe del bloque oficialista en Diputados para que modifique el artículo”, informó CFK.

El cambio que anunció la Presidenta significaba que en el proyecto oficial de movilidad jubilatoria se incorporaría en forma indistinta las dos formas de medición que se barajaban hasta el momento: el mix de promedio salarial de Indec y recaudación de la Anses y el índice de remuneración imponible promedio de los trabajadores estables (Ripte) que elabora la Secretaría de Seguridad Social. Este último indicador era el que proponían las dos centrales sindicales para establecer la movilidad. Al informar sobre los cambios, la Presidenta comentó a Yasky y Moyano que había estudiado los dos parámetros en cuestión y que las diferencias no eran sustanciales. La mandataria dijo que había estudiado los cálculos de evolución de las dos fórmulas y que “no había demasiada diferencia” entre el índice que resultaba de cada parámetro.

Para despejar cualquier duda, la Presidenta aclaró que en el caso se aplicará el famoso artículo 9 de la Ley de Contrato de Trabajo. Esa norma establece que cuando existe más de una fórmula para calcular haberes, siempre se aplicará la ley más favorable al trabajador. Cuando terminó de hacer su informe, Yasky y Moyano respiraron aliviados. En un gesto infrecuente, el Gobierno no sólo se había hecho eco de sus reclamos en materia de movilidad jubilatoria: también los había convocado en persona a la quinta de Olivos para que la Presidenta les diera la noticia cara a cara. Yasky estaba muy contento con los cambios incorporados al proyecto. “Lo principal de esta decisión es que se reestablece el lazo solidario entre la lucha de los que están en actividad y los jubilados. A partir de ahora, los pasivos tendrán mejores jubilaciones cuando se conquisten mejores salarios”, dijo Yasky a PáginaI12.

Tras la reunión con la Presidenta, el secretario general de la CTA comenzó a recibir llamados de varios diputados de su confianza. Lo llamaron Edgardo Depetri, Ariel Basteiro, Victoria Donda. Querían escuchar de su boca los detalles del diálogo con CFK y conocer bien cuál era el alcance de los cambios que había aceptado el Ejecutivo. La inclusión del Ripte como parámetro para fijar la movilidad y la promesa de usar el parámetro más favorable a los jubilados no alcanzó a conformar a todos los legisladores del espacio supuestamente progresista. Los diputados de Solidaridad e Igualdad (SI) decidieron no cambiar su voto: mantuvieron su negativa a apoyar el proyecto oficial. “El gataflorismo de estos muchachos es terrible. Te corren el arco a cada rato”, fue una de las críticas que les dedicaron en la quinta de Olivos.

Moyano también salió a expresar su agrado. Lo hizo al salir de la reunión, ante las cámaras de Canal 7. “Este es un avance muy importante. Después de muchos años, los jubilados van a tener la posibilidad de no depender de la voluntad del Gobierno, sino de las estadísticas que fije la economía. El índice que se va a aplicar es la remuneración imponible de los trabajadores estables. Es muy importante, porque si se mantiene un nivel salarial que recupere el poder adquisitivo, el jubilado también va a ser favorecido”, aseguró el secretario general de la CGT.

Con los cambios aceptados por la Presidenta, una reunión que había comenzado a cara de perro terminó casi a los abrazos. “Vine por un vaso de agua y me van a ofrecer una anchoa”, le había dicho Yasky al jefe de Gabinete al encontrárselo en la puerta de la quinta. Al final no le ofrecieron anchoas, sino lo que las dos centrales sindicales venían reclamando.